Habitación de Christinne

Habitación muy amplia y luminosa, bien amueblada y con un balcón que da a la parte trasera de la casa.

(Drake)
Caminamos durante un largo tiempo, mi casa no quedaba exactamente muy cerca de Lunae, sino todo lo contrario debido a que mi padre tenía sus ideas políticas muy claras y en ellas no había lugar para Lunae o sus habitantes más allá del odio y la mala fama. Cuando llegamos abrí la verja que daba camino através de unos pequeños jardines hasta la entrada principal de la casa, temía que si llamaba a la puerta alguien del servicio me abriese y le viera, pero no había otra forma de entrar.Seguí el plan acordado por él, yo netraría primero y al llegar a mi habitación encendería una luz para indicarle la posición de esta, abriendo la ventana del balcón para que entrase. Así lo hice

Oculto entre las sombras para evitar ser localizado, esperé a la señal acordada. Facilmente podria cualquiera traspasar la seguridad, si es que tienen claro. Pensaba.

No paso demasiado tiempo hasta que ocurrio, una tenue luz aparecio en uno de los balcones, tuve suerte pues mientras habiamos estado caminando, huyendo o no, el dolor se habia acentuado de forma mas lacerante, por lo que no esperaba poder haber llegado a conseguir subir sin la probabilidad elevada de caer, pero al menos un arbol de nudoso tronco y gruesas ramas se encontraban a una distancia prudente para poder saltar desde ella hasta el alfeizar del balcon.

Avancé hasta el arbol y subi sin mucha dificultad, camine en perfecto equilibrio sobre las ramas y separandome del objetivo una distancia de aproximadamente tres metros salté como una bestia que salta sobre su presa.

Miré desde el exterior al interior de la habitación y tras unos instantes de
vacilacion entré. Observé a la muchacha y esperé a que dijese algo.

Abrí la ventana y me dirigí al cuarto de baño, no muy lejos de mi habitación, caminando por el pasillo con sigilo. En el tomé algunas cosas, pinzas, vendas, desinfectante y un pequeño valde que llené con agua. Volví a la habitación, colocando todo aquello sobre el tocador y desplazando algunas cosas a la mesita junto a la cama, entonces oí un golpe seco, una caida y supe que había llegado.Me encontraba de espaldas a él, pero aún preparando algunas cosas hablé:
-Túmbese sobre la cama.-dije y luego avancé hacia la ventana para cerrar y cubrirla con las cortinas, luego dejé una luz tenue y me dirigí hacia él.

Observé como se deshacía de sus vestiduras mientras avanzaba hacia la cama, una vez estvo al descubierto su torso y se recostó en el lugar indicado me acequé y me arrodillé a su lado sobre esta también, haciendo caso omiso de sus palabras y el tono de estas.No pasaron inadvertidas ante mis ojos aquellas marcas en su piel e incluso aquel tatuaje...traté de no prestarles atención y me centré en los cortes, tomando algunos trapos y mojándolos en agua para lavar sus heridas y posteriormente desinfectarlas con algodón, ninguna era muy grave, salvo una colocada en el costado que aunque parecía ir calmando su ritmo de sangrado era la más profund ay la que más sangre había derramado. Vendé primero las heridas menos graves y me dispuse a lavar y desinfectar la del costado.
-Sí le duele dígamelo.-le dije con seriedad, haciendo algo de presión sobre la herida con el paño mojado.

Aquella herida sangraba cada vez menos, pero sin duda había sido la que más sangre había perdido y la cual tardaría en dejar de hacerlo al menos unos momentos más. Sin embargo mantuve a presión, intentando formar un coagulo que tapase la herida y bloquease la hemorragia.Ya casi estaba listo para proceder a desinfectarla, era increible la forma en la que la hoja del cuchillo había atravesado su piel y el gran corte que había hecho. Estaba tan concentrada en mi tarea que apenas advertí alguna clase de gesto o movimiento en el joven, hasta que este apartó mi mano con brusquedad, interrumpiéndome y apartando el trapo, a la vez que sorprendiéndome.Clavé mi mirada en él aún atónita y hablé.
-Ah...lo siento, no quería hacerle daño...ya casi estaba...-me expliqué mientras le miraba.-¿Q-quiere que lo deje un momento para descansar...?, no pasará nada, ya apenas sangra, pero quería terminar de curarle la herida...es mejor cortar la hemorragia del todo cuanto antes...-le expliqué de nuevo con un tono suave y timido mientras le miraba, luego bajé mi mirada al trapo lleno de sangre y a mis manos también teñidas de aquel color escarlata. Pensé en acariciarle el rostro para tranquilizarle, pero la idea se apartó de mi mente cuando pensé que podría incomodarle o ser reacio a ello, por lo cual me mantuve quieta y callada, esperando su respuesta.

Por aquel instante, los recuerdos de mi adiestramiento y castigos por desobediencia acudieron a mí como un torrente de emociones, sensaciones e imagenes. E incluso en en lo mas profundo de mi mente un rastro de temor por la repeticion del dolor de la cura que solia ser mayor que el del castigo me punzó durante el tiempo que duro la presion sobre la herida.

Escuché su disculpa, abri los ojos aun sintiendo la punzada lacerante de la herida.
Exhale el aire que habia estado reteniendo y con un deje de cansancio:
- No-no es necesario... solo ha sido un acto reflejo.- La miré unos instantes.- Continue.- Declaré. Cerré los ojos sintiendo la sensacion que producian sus movimientos al sanar mis heridas.

Le miré nuevamente,aún sorprendida y algo nerviosa por su reacción. Una vez habló traté de calmarme, no quería que los nervios me influyesen ya que así podría hacerle daño, respiré hondo y pasadamente un par de veces antes de volver a colocar el trapo soobre su herida y hacer presión con mis manos sobre este. Cuando pareció que la herida apenas sangraba me levanté de la cama y busqué un trozo mayor de algodón, el cual mojé en alcohol, luego unas vendas y de nuevo me arrodillé sobre la cama a su lado, sabría ue aquello si le haría un podo de daño, pero sería peor si no sanaba la herida, si se infectaba podría causarle grandes consecuencias, así que con todo el cuidado que pude comencé a rozar la herida con algodón empapado de alcochol, con suavidad, intentando que le doliese lo menos posible.
-Ya casi esta, cuando termine con esto le vendaré y habré terminado.-le expliqué.

Volvio a hacer presion sobre el tajo, mi vientre se encogio sobre si mismo y mi respiracion se cortó. Pero ningun sonido surgió de mi garganta.
Noté como se levantaba, volvi a respirar en ese instante, oí el sonido de sus pasos volviendo, el crujir de la cama al volver a arrodillarse.

Sentí algo suave y mojado sobre la herida, rozandola con delicadeza, pero... mis musculos se tensaron, la respiración volvio a paralizarse, rigido como una estatua de marmol por el escozor de la herida que se sumaba al dolor que habia producido la presion ejercida por la muchacha.

Semi escuché las palabras de la joven Christinne, pero no hice muestra de haberla escuchado, pues estaba manteniendo la concentracion lejos del dolor molesto del proceso.

No me contestó y pensé que cuanto primero terminase sería mejor, así le dolería menos. Observé que se mantenía completamente tenso cuando el algodón le rozaba, quizas por el escozor producido por el alcohol. Cuando terminé con este volví a posar el paño mojado en agua sobre su herida, esta vez sin presión, solo para mojar un poco la herida y que el rastro del alcohol no le escociese. Le miré al rostro y rapidamente dirigí mi mirada hacia la herida apartando el trapo. Me giré para tomar el rollo de vendajes apoyado sobre la cama a mi lado, le miré.
-Incorpórese.-le dije.

Dejó al fin de mover el algondo impregnado de alcohol, echo que descubri por el intenso olor de este liquido, el fuerte escozor remitió con ello. Volvi a notar una tela humeda sobre la piel cubriendo la herida, logrando asi que el escozor se volviera un simple picor molesto.

Abri los ojos mirando al techo de la habitacion y me incorporé parcialmente ayudandome con los codos me senté en el filo de la cama y eché un vistazo a la herida del costado, en aquel momento presentaba un color rojizo sanguinolento, pero aun asi no sangraba apenas.
- Un trabajo perfecto.- Reconocí, pues era verdad ya que para mia una cura significaba un dolor mayor que el daño de la herida por pequeña que fuera me hubiera producido.

Se incorporó y acercándome a él con el rollo de vendas en la mano rodeé su torso con los brazos, para a medida que vendaba su herida ir pasando de una mano a otra el rollo, continuamente, mientras le vendaba.No prestaba atención a su rostro solo a mis manos manteniendo el vendaje que iba a cabandose poco a poco.
-Muchas gracias, pero no es nada, es lo más básico en enfermería, después de todo es mi trabajo, sino supiese hacerlo sería pésima en todo.-dije cuando le escuché dedicándole una sonrisa pero aún sin mirarle, concentrada en lo que hacía.Cuando el rollo se acabó tomé un trozo de esparadrapo y lo coloqué en un extremo del vendaje en una parte lateral de su torso para sujertarlo y que así se mantuviese fijo mientras la herida se sanaba.-Ya esta.-dije con una sonrisa asegurando el esparadrapo con la yema de los dedos.-Quizás le sea molesto un par de días, pero después apenas le dolerá.Tardará en sanar completamente, pero ya no sangrará.-le dije.

Sus brazos me rodearon, la tenia tan cerca que podia notar el sutil aroma de su perfume. La dejé cubrir mi torso con las vendas, dejando que aquella fragancia suave, dulce y estimulante me embriagara. Escuché sus palabras como un eco lejano, me sentia liviano, el cansacio acumulado me estaba pasando en este mismo momento. Con un poco de concentracion logré despejar el cansacion lo suficiente como para apreciar la sonrisa en sus labios.

Los vendajes quedaron fuertemente pegados a mi cuerpo, pero no apretaban y lo agradecia considerablemente.- Debo agradeceros vuestro trabajo, puedo decir que es la primera vez que recibo este tipo de trato.- Dije, observé sus manos pintadas con el color de la sangre. Muy pocas habian sido las veces que mi sangre habia manchado a otros. Miré hacia su rostro.- Mientras no me sea un inconveniente a la hora de trabajar, el dolor no me preocupa.

Continue observandola, se la veia cansada. Es comprensible, nadie que no este acostumbrado al estilo de vida del subfondo de la sociedad, podria soportar las altas emociones a las que ha hecho frente esta noche. Comprobé el estado de la herida junto a los vendajes, con un movimento de brazos que afectaria al costado; noté como se estiraba la piel y el dolor punzante de la carne resintiendose. Pérfecto, no podré saltar igual de agil sin que la herida vuelva a abrirse. Pensé, solo me queda una opcion y no era por asi decirlo atractiva. Miré a la joven, enfocando mi vision en ella. Observe la estancia, el mobiliario un arcon junto a la cama, vairas sillas, una o dos mesa y un sillon.
- Debería descansar.- Dije incorporandome de la cama.- Si no os importa y con su permiso yo usaré esto para el sillon.- Avance un par de pasos...- Se me olvidaba.- Me giré y la besé.- Descansad bien, pequeña enfermera.- Me dirigí hacia el sillon y me recosté en él.
Cerré los ojos y sin saber bien por qué dije:
- Si no es indiscreccion podria preguntar qué haciais en Lunae a esas horas y sin acompañamiento.
Abri los ojos y la miré allí plantada observandome con una expresion de incredulidad en su rostro. Mordi el interior de mis mejillas para no reir y espere a su respuesta.

Una vez hube asegurado el vendaje alrededor de su cuerpo me quedé callada mientras le escuchaba, le sonreí al escucharle darme las gracias.
-No me lo agradezca.-le dije con una sonrisa y al ver mis manos manchadas de sangre las mojé en el valde lleno de agua, quitándome aquel color que tanto odiaba, era enfermera...pero no soportaba la sangre...una vez que vi que aquel escarlata había abandonado mi piel sequé mis manos con un trapo y observé mi vestidura con aquel mismo color, suspiré.Entonces, derepente vi como se incorporaba de la cama y fijé mis ojos en él, algo sorprendida, observando sus movimientos.-Estoy bien.-dije cuando me recomendó descansar, y aunque ciertamente estuviese cansada pensé que no lograría conciliar el sueño aquella noche.Entonces me sorprendí ante sus palabras y como avanzaba hacia el silló, me incorporé de un salto de la cama y le miré incrédula, más aún cuando se giró y de nuevo me besó...de nuevo aquellos labios robaron un beso de los míos y me quedé paralizada mirándole,mientras escuchaba el resto de sus palabras como un eco lejano, una vez reaccioné me acerqué a donde él estaba y le miré.-No haga eso, ya se lo dije antes, no vuelva a hacerlo.-le dije con un leve rubor en las mejillas intentando que ninguna de las palabras se travase en mis labios para sonar más autoritaria.-Solo paseaba...estaba harta de pasear siempre por aquí...ya me se cada camino de memoria...-expliqué después bajando la mirada, ya que mis ojos parecieron no poder mantener la suya. Si no me equivocaba tenía planeado quedarse allí, a pasar la noche...``¿Christinne en qué momento te has vuelto loca?´´pensé suspirando, en realidad no tenía de que preocuparme, mis padres no volverías hasta la tarde del día siguiente y el servicio no me molestaria, nadie solía acercarse a mi habitación en la noche...pero quizás si de estar en la misma estancia que un asesino, ¿quién me aseguraba que no le contratarían para matarme?, aunque que estupidez, acaba de salvarme la vida, no creo que dejen que le hieran para salvarme y después matarme.Observé aquel rostro que en ocasiones tenía más inocencia que ninguno y que sin embargo se mostraba frío y vacío, era un rostro atactivo, ¿quién desconfiaría de él?.-¿Y usted? si puedo preguntar,claro.-dije. Me aparté entonces suvitamente y me dirigí al armario, abriéndolo y sacando mi camisón blanco.-Gírese y cierre los ojos, por favor.-le pedí mientras me colocaba tras las inmensas puertas de madera del armario, aún extremo, de tal forma que apenas se me veía.Desabroché cada uno de los botones de aquellos complicados vestidos y las cintas que lo ataban, respirando un poco más libre, lo dejé caer y lo aparté con un pie fuera de donde estaba quedando tan solo en mi ropa interior y la enagua blanca que cubría esta y mi cuerpo hasta un poco por encima del comienzo de las rodillas, luego coloqué encima el camisón de tirantes y colocando mi pelo salí de detrás de la puerta, cerrando el armario.-Ya esta, puede mirar.-dije mientras recogía el vestido y lo llevaba hasta una cesta, si alguien me preguntaba por las manchas diría que había pasado por el hospital aquella tarde y había tenido que prestar mi ayuda con urgencia, o sino algo se me ocurriría.Luego me dirigí al tocador y sentándome frente a él comencé a peinar mis cabellos mientras le observaba por el espejo.

La noté a mi lado y la miré. Puse cara de estar pensando.
- Digamos que ambos sabemos, que como ya dije, lo que quiero lo tomo.- Observé el rubor de sus mejillas, ese mismo que parecia que jamas abandonaria sus mejillas. Sonreí divertido, me estaba empezando a gustar sus reacciones cuando la besaba.- Además ¿no ira a decirme que no disfruta ser besada?

Escuche sus palabras y la miré seriamente.
- Aun asi, no debío salir sola y mucho menos por Lunae. Durante el Régimen somos mas los criminales que andamos sueltos en las noches.- Expliqué, habia sido una irresponsable.- Habríais acabado muy mal, creame esos no se habiran conformado con robaros solamente.Sonreí nos observabamos mutuamente, ¿qué estaria pensando ella de aquella situacion? No lo sabria o quizas solo un poco de lógica y una pregunta bien respondida me lo dijesen.

- Buscaba a una persona, creo haberselo dicho en el callejón.- Respondí, lo cierto es que me habia advertido de encontrarle si se restrasaba de su viaje y efectivamente se retraso y tras cuatro largos meses no había tenido noticias suyas y acercarme a la mansion nos pondria en peligro a los dos, a él de ser asociado a mi y por mi parte del castigo que supondria eso.- Y debo hacerlo sin falta.
Cerré los ojos tal y como habia dicho pero nada más se giró los abrí observando el gran armario cuyas puertas la ocultaban de mi campo de vision. Los volví a cerrar hasta que me dijo que podia abrirlos.
¿Se ha vuelto loca o le da igual lo que vea de ella? Pensé al ver el camison que vestia, el cual dejaba ver sus piernas firmes y perfectas, sus hombros, sus brazos. Su figura esbelta, delicada... En fin, al menos dormiré recreandome en algo hermoso. Sonreí viendo que podia verme por el espejo del tocador donde se habia sentada.
- Estaís realmente seductora, si se me permite decir.- Dije sin apartar los ojos de ella ni por un instante.- Por cierto, ¿no teneis ni siquiera un poco de miedo de tenerme aqui?

Continué observándole por su propio reflejo en el espejo, atenta a cada uno de sus movimientos. A veces desviaba la mirada a mi propio reflejo, intentado colocar de una forma decente mis cabellos oscuros que parecían no querer colocarse. Le miré cuando habló de nuevo,sin girarme, con seriedad, dejando un momento el cepillo sobre el tocador.
-Y yo ya le dije que no puede tomar cualquier cosa simplemente porque la quiera.-le dije, tenía que tomar en cuenta si a los demás le importaba y que podía llegar a ser un comportamiento caprichoso y egoísta.Fruncí los labios cuando dijo lo segundo y luego dirigí mi mirada directa al reflejo de sus ojos.-Basta de esa clase de juegos, p-por supuesto que no...y m-menos teniendo en cuenta que me besa cuando le viene en gana, es más roba mis besos...s-sus labios no deberían acercarse siquiera a los mios...-me defendí con un leve rubor, trabándome en algunas palabras y tratando de disimular esto con un tono de voz seguro. Preferí desviar la mirada y tomando un paño húmedo mojé un poco mis labios y luego mi rostro al completo, secándolo después.-Lo sé, pero llevo apenas dos años aquí...se como son los ladrones en Paris también había...no me asusta el riesgo...y no me ha pasado nada,¿no?, estoy harta de que me digan lo que es bueno o no, arriesgarme un poco no matará a nadie...solo quería ver Lunae.-objeté a mi favor para defenderme.Entonces de nuevo dijo la causa de que el rondase aquellas calles esa noche y la incertidumbre me inundó ya que me había seguido y aunque por equivocación, se había detenido a perder su tiempo comigo, sin mirarle pregunté.-¿Puedo saber a quien debéis encontrar?, siento decir que quizás no pueda hacerlo en unos días por sus heridas.-le recomendé entonces y luego sonrojándome con violencia esta vez clavé mis ojos en el espejo en el punto en el que su mirada se cruzaría con la mía.-N-no, no se le permite decirlo...n-ni siquiera pensarlo...-dije aún tratando de sonar segura y valiente, en otra ocasión la respuesta habría sido un tímido ``gracias´´, simplemente me sentía violenta con sus ojos posados en mi, fijos, sin apartarlos ni un instante y aquellas repentinas palabras, nadie acostumbraba a decirme aquellas cosas y por ello era demasiada la timidez que me embargaba, no me había dado cuenta hasta entonces de lo vergonzoso que podía ser hallarme en aquella prenda ante un hombre, y más ante uno al que no le importaba expresar sus pensamientos en voz alta. Me giré para mirarle al fin.-Si dijese que no estaría mintiendo...si me asusta, me asusta cada cosa que hace porque no se cual será su próximo movimiento...pero sé que no va a hacerme daño, ni a matarme...¿por qué sino se habría dejado herir para salvarme?, sería una locura...además esta débil como para tratar de hacer algo y si gritase no le daría tiempo a huir antes de ser atrapado...¿por qué debería tener miedo entonces...?-dije con un tono bajo y bajando un instante la mirada de sus ojos al suelo y de nuevo mirándole.Era cierto que me asustaban sus actos, tan solo su cercanía o el sonido de su voz me inquietaban y me ponían la carne de gallina.-Si me da un poco de miedo...pero no le temo...no tanto como para deseperarme por estar en la misma estancia que vos...-expliqué.

Me incorporé con esfuerzo por la tirantez de la piel y me acerqué a ella, colocando mis manos sobre sus hombros desnudos.
- ¿Quien ha dicho que estoy jugando? Yo no juego, pequeña, nunca juego si no quieren jugar.- Sonreí mirandola por el reflejo.- Entoces golpeadme cuando os robe vuestros besos, no os hare nada a menos que me paguen por ello.

La observé lavarse el rostro, mientras le acariciaba los hombros.
- Tal vez no matarias a nadie... bueno realmente dudo que pudierias matar siquiera a una mosca. Cierto no os ha pasado nada por estar con un asesino...- Dije casi riendo.- pero podriais haber muerto, hubierais muerto para ser mas realistas.- Aclaré desmoronando su defensa.- La proxima vez id de dia y no hagais que otro salga herido.


Me sumergí en el reflejo de su imagen en el espejo, perdiendome en el momento en el que la encontre, de no ser por haberla confundido y seguido. La hubieran encontrado en Dios sabe que circunstancias. Cuando volvio a hablar me saco de mis pensamientos.

Frunci el ceño otorgando a mi rostro un aire amenzante. Pensé en mi respuesta, pues segun esta podria o no desvelar la identidad de...
- Puedo deciros que es busco a quien me ha ayudado a perfeccionar mi estilo, quien gracias a él puedo estar libre de la justicia.- Suspiré, sabia bien que era para aquella persona.- Tal vez os suene extraño oir esto, pero podriamos decir que él es ''mi amo'' por asi decirlo. Y no se preocupe por mis heridas aunque me desangrara por ello seguiría con mi busqueda hasta encontrarlo.

Obsevé como el rubor se hacia mas notable, de una forma claramente evidente. Sonrei abiertamente. Me incliné sobre ella pegando mis labios a su oido.
- No deberiais ser tan timida.- Comencé a decir en un tono bajo y enigmatico. Una idea surgio en mi mente, parecia divertida y me permitiria sin lugar a dudas contemplar una reaccion mas interesante aun que las anteriores.- ¿Como una mujer como vos, atractiva en todos los sentidos, inteligente y educada, timida hasta la seduccion y aun asi atrayente puede estar tan sola aun rodeada de gente?

Me aparté de ella cuando se giró para mirarme directamente. Escuché sus palabras, sonriendo tanto para mi mismo como mostrando la sonrisa en mi rostro, una sonrisa de satisfaccion.
- Interesante.- Dije llevandome una mano a la barbilla.- Debo daros la razon en una cosa.- Callé y volvi a hablar.- Ni mataros ni dañaros me aportaria un beneficio por tanto, ¿de qué me serviria? De nada salvo buscarme problemas innecesarios.-Respondi a mi propia pregunta.- Pero...- Sonrei y la tome de los hombros mirandola fijamente a los ojos, clavandolos en los suyos.- si por algun motivo me apeteciese haceros algo, creame que no podria pedir ayuda, si la pidiese aunque me destrozase los huesos, abriera nuevas o las actuales heridas huiria.
Queria asustarla pues era cierto que estaba demasiado debil y cansado como para poder huir si cometia alguna absurda estupidez.

- Me complace oir eso, no quisiera me traicionaseis por temor. Pero me pregunto si es inteligente vuestro no temor o simplemente sois la joven mas loca que he conocido nunca.

Colocó sus manos sobre mis hombros y un escalofrío me recorrió, poniéndome tensa, observando como sus ojos me miraban en el reflejo, fijos en los míos.
-Tal parece que lo hace...¿y quién ha dicho que yo quiera jugar?-le dije aún mirándole con reproche.-No dude que la próxima vez le golpearé.-le dije con seguridad, en ese punto tenía la razón, si no me agradaba lo que hacía podía golpearle, no limitarme a decirle que no lo hiciera ya que bien sabía que no me haría caso. Intenté hacer como si su cercanía no me causase alguna emoción más que la propia indiferencia, sin embargo el contacto de sus manos acariciando mis hombros agitaba todos mis sentidos,alterándome.Tenía razín en que había sido del todo insensato ir sola y de noche...y también en que le habían herido por mi culpa, una vez más tenías razón.Pareció quedarse pensativo y su voz se calló unos instantes, salvo cuando y habló de aquella persona.-¿Su amo?, nadie en el mundo tiene amo...-le dije algo confusa aunque bien sabía que algunas personas trabajaban para otras a cambio de su propia vida.Entonces pareció divertirle algo y se inclinó,pegando sus labios a mi oido,me sonrojé casi temblando e intenté disimular cerrando los ojos un momento sonrojada y apartándome levemente cuando dejó de hablar.Nuevamente aquella actitud me demostró que aún era una cría, sonrojada por los susurros de un muchacho que trataba de...¿jugar conmigo? o simplemente por su cercanía...¿pero que más se podía esperar de una chica como yo de diecisiete años que no acostumbraba a tener trato con hombres más allá de las visitas establecidas por su padre?...no estoy tan sola...-Eso no es de su incumbencia...¿quién le dice que no tengo ya a alguien?-le dije abriendo los ojos.-¿Tímida hasta la seducción y atrayente?, creo que se equivoca de persona...-le dije con una leve risa irónica, nunca me había considerado así, ni mucho menos pensado que me considerase así un hombre...me sentía levemente alagada.Quizás tenía experiencia con las mujeres, después de todo aparentaba seguridad en todo cuanto hacía, ¿cuántos años tendría?, ¿veintitres, veinticuatro?Me soltó y habló de nuevo.-Entonces no tengo nada de que temer.-dije y nuevamente me tomó de los hombros y me miró fijamente, sus palabras si provocaron temor en mi, dado que le creía capaz después de haberle visto luchar contra tres hombres de una vez.Me quedé callada un instante, ni yo tenía claro si era estúpida, o estaba loca...-No traicionaría a quien salvo la vida...siempre y cuando no trate de dañarme,cumplo mi palabra.-dije y apartando sus manos de mi me levanté y caminé para ordenar algunas cosas de otra mesita y asi poder darle la espalda y no tener que ver su mirada fija en mi, necesitaba calmar mis nervios y mi temor, actuar con frialdad.

- Ni lo he pensado por un momento.- Dije sonriendo.- Pero cuando querraís jugar solo decidlo.- Mi sonrisa se volvio mas amplia y estuve apunto de reirme.- De acuerdo, yo me defenderé como mejor pueda.- Respondí, si queria golpearme era libre de hacerlo, pero... Deberá ser consecuente con la forma en la que reaccione. Pensé.


Permaneció en silencio. Cuando habló parecia confusa.
- Asi es es una forma de decir, pues llamarle jefe no seria la ideal pues cualquiera que me contrate es mi jefe, pero... la relacion entre nosotros se basa en él me da las órdenes, él me proteje si yo las cumplo y yo...- Callé, odiaba esa relacion. Era humillante el punto al que llegaba mi "obediencia". Pero apesar de cualquier cosa, no podia odiarle...- y yo soy su fiel perro.- Dije aquella palabra con desgana sin emocion salvo el cansancio y la amargura.


Tembló sonrrojandose. Cerró sus ojos. Sonreí me divertían sus reacciones propias de una niña, pero en parte si y en parte no era poco mas que una mujer. Su cuerpo lo era y aun así su timidez me atraia pues... donde se podía ver a una joven de su edad pues ya habia supuesto la edad que rondaba.
- ¿Quíen me lo dice? Es evidente, pequeña, vos misma me lo deciis con vuestras reacciones, son tan infantiles, tan... impropias de una mujer.- La atraje nuevamente hacia mí pues se habia apartado un poco.- ¿Me veis capaz de confundir a las personas?- Si supiera mi pasado entendería la razon y el significado de mis palabras, pero nadie en su sano juicio querria oir mi historia sepultada por el dolor, sumergida en la traicion, y teñida por la sangre.

Escuché sus palabras. Ya no sabia si lo que producia en mi aquella chica era diversion por como podia hacerla sonrroja de aquella forma tan simple o el interes y la curiosidad por sus palabras. Pero a fin de cuentas... ¿quién de los dos estaba más loco, ella por dejarme estar en su alcoba a sabiendas de que era o yo que siendo conocedor de lo que depararía ser descubierto tanto por los habitantes de la mansion como por el que se hacia llamar a si mismo mi amo?

Ella se aparto de mí, seguí con mi vista clavada en ella, sabiendo que podia notarla. Observé lo que hacia, aunque mi atencion se desviaba al movimiento del camison, se pegaba a su cuerpo sutilmente dejando ver alguans de las curvas de su esbelto cuerpo.
- ¿Sabeis? Tengo curiosidad por saber... ¿dónde se encuentran vuestros padres?

Era evidente que le divertía todo cuanto yo hací y mis propias reacciones.
-Siento tener que decepcionarle pero no creo querer jugar con vos.-dije indiferente, escuché sus siguiente spalabras pero tan solo le miré de reojo.Escuché sus siguientes palabras tratando de encontrar algo para asegurar mis anteriores palabras pero no dijo nada que me sirviera.-Usted elige ser tal cosa...cada persona es fiel a lo que cree correcto y es esclavo de lo que cree superior a el mismo...-dije aunque posiblemente debiese aplicarme eso mismo a mi, esclava de aquella casa y familia.Bajé la mirada un instante.Y al escucharle hablar de nuevo el rubor se incrementó.-Sé...sé que soy una niña...pero no por ello no podría dejar de tener a alguien...-le dije entonces cuando volvió a acercarme a él haciéndome sentir su voz en lo más profundo de mi mente.-Quizás no suela confundirse, pero en este caso si...-dije entonces mientras revolvía las cosas de la otra mesita, sin saber bien que quería encontrar.-Tenían...una cena de negocios...¿acasso importan donde esten?, es mejor así...hay menos probabilidades de que sea descubierto...¿no?-le dije alzando la vista pero sin girar para mirarle.

Escuché sus palabras atento a todas.
Algunas las dejé pasar, como aquel comentario sobre la relacion de aquel a quien buscaba.

La segui escuchando acercandome sigiloso, como me caracterizaba, a ella. Me situé a sus espaldas.
La rodeé con mis brazos, creando una prision insalvable de la que no podia escapar.- Si ya tuvieseís a alguien, ¿por qué pues no le teneís a él en vez de a mi en este momento en el que mostrais ese apetecible color rosado de vuestras mejillas?- Pregunté en su oido en un debil susurro.- ¿Por qué no os negasteis a dejar pasar a otro hombre a vuestra alcoba? Si tuvieseís a alguien no os sonrrojariais como lo haceís por mis palabras.

La obligué a girarse y mirarme a los ojos.
- Sois una irresponsable, señorita.- Espeté incredulo ante su tranquilidad.- Espero hagaís caso a mis palabras, pues posiblemente si seguís por este camino acabareis muy mal.-[ La aferré por los brazos con fuerza.- Dejad la temeridad, seguid abrazada al refugio de esta casa. Y no seais tan confiadas con la palabra de un asesino.

Parecía estar atento a todo cuanto decía, ya que el silencio reinaba como único eco de mis palabras, no me interrumpió y tampoco creí escuchar alguna clase de risa o suspiro, solo eso, silencio.Aquello me hacía estar mas nerviosa, ya que sin escucharle no podía siquiera hacerme una idea de que reacción causaba en él o que hacía. Entonces, sus brazos me rodearon y me sorprendí, dando un pequeño brinco por la sorpresa y algo asustada,mientras sentía estremecerse mi cuerpo entero y un escalofrío recorrerlo, sabía que tratar de soltarme sería inútil dado a la firmeza con la que sus brazos me sujetaban,incliné hacia un lado la cabeza con levedad y la giré un poco para llegar a ver su hombro.De nuevo sus labios se acercaron a mi oido y le escuché, aún preguntándome que hacía tan divertido para él el hecho de jugar conmigo de aquella forma. De nuevo cerré mis ojos un instante y luego los abrí tras escucharle.No sabía como responder a cuanto decía y mucho menos como hacerlo sin que mi voz se viese condicionada por aquel estúpido rubor.
-N-no lo sé...A-al contrario que vos yo no puedo tener lo que quiero cuando quiero...-dije dudosa con la voz temblorosa mientras desviaba la mirada levemente para llegar a ver siquiera parte de su rostro.-¿Q-qué joven a mi edad no se sonrojaría ante la presencia de un hombre en su habitación...?,soy una niña como dijo...creo que eso no es de tal magnitud como para que os extrañe, yo diría, es más bien natural...y como le dije no temo a estar en la misma estancia que vos...se lo debía,por eso le dejé pasar...le pediría que no vuelva acercarse a mi de esa forma...-le dije aún con aquel rubor y nerviosismo, con el corazón latiendo disparado en mi pecho, era cierto que era yo quien le había dejado entrar en mi habitación y por ello las consecuencias eran aquellas...Me giró obligándome entonces a mirarle a los ojos, cerré los ojos un instante dolorida ante la fuerza que sus manos impartían sobre mis brazos al agarrarlos.-M-me hace daño...-le dije al abrir mis ojos y presenciar el tono rojizo que comenzaba a presentar la zona de mi piel en la que se fijaban sus manos,le miré a los ojos, con los míos brillantes y conteniendo algunas lágrimas por el dolor,¿qué sabía él sobre mi o como era yo?,¿qué sabía sobre mi vida o la clase de vida que llevaba?-Sé que soy una irresponsable, ¿pero qué le importa?, es a mi a quien terminarán hiriendo o matando por mis actos, a usted no le importa lo que pueda pasarme...¿quién es usted para darme consejos cuando podría haberme matado?,sé de sobra que no debería fiarme de la palabra de un asesino, mucho menos si es un Lunae...sé de sobra como funciona esto...suélteme-le espeté alzando un poco la voz molesta por su reprimenda y revolviéndome para tratar de soltar su agarre, aunque aquello solo me producía más dolor.Era cierto que no podía fiarme de la palabra de un asesino, pero tampoco podía fiarme de la palabra de ningún hombre...después de todo el mismo hombre que ahora fingía hacerse cargo de mi,mi padre, había sido el mismo que había hundido y acabado con la vida de mi madre, la única persona que realmente me había querido...y al fin y al cabo también con la mía.-No se atreva a darme consejos, no me conoce, no me trate como si no supiese como es la vida que me rodea...soy una niña, pero conozco muy bien como puede llegar a ser el mundo y la gente...Metase en sus asuntos...-le dije aún en aquel tono.

No supe como responder a su respuesta. Las mujeres no son lo mio, me resulta dificil llegar a comprenderlas. Desde aquella vez, era extraño que me interesara alguna mujer en particular.
- Me acercaré siempre que quiera hacerlo.- Sonreí.- Y mucho mas ahora que sé que os molesta.- Agregé.

Aflojé levemente el agarre. El enfado subia como un huracan reflejandose en mis ojos.
- Estupida, os aconsejo porque me importaís, sea Solis o Lunae me importaís...- Enmudecí. ¿Qué acaba de decir? ¿Me importaba? ¿Esta joven, una Solis me importaba? Tras reaccionar ante el asombro y la incredulidad de mis propias palabras que resonaban una y otra vez en mi mente con tanta seguridad que no creia que realmente fueran esos mis pensamientos.- Os equivocais no conoceís el mundo, no sabeís que es ser traicionado, no sabeis apenas nada.- La miré con una mezcla de enfado y... Puede que este cometiendo un error..., y tal vez era ¿cariño, ternura o...?- Lo haré, os haré caso, me meteré en mis propios asuntos, pero eso os incluye.
Haré lo que sea por conoceros por comprenderos. La acerqué a mi bajando una de mis manos y apoyando la otra en su espalda en el comienzo de esta. La miré como la habia mirado en el callejón antes de salir de allí para intentar despistar a los ladrones, con aquella amabilidad y ternura, olvidadas hacia mucho. La besé con dulzura y calidez. ¿Por qué me comportaba así? No lo sabía. ¿Por qué ella me había sacado esa parte de mi que creia muerta? Tampoco lo sabia.