Habitacion

Post +18 (Alex y Drake) Sombras. Resultado de Seducción. Placer



Despues de que la joven despertarse unos minutos solo para lograr los datos que quería, volvio a ser presa de aquello que fuese lo que habia tratado de hacerme beber a mí.
Continue caminando soteniendola entre mis brazos, siguiendo las calles, buscando la casa que me habia indicado. Fue facil abrir la puerta, yo no era un vulgar ratero pero... habia aprendido mucho de esa gente.


Caminé por los breves pasillos que componían aquella infraestructura, hasta alcanzar unas pequeñas escaleras, la joven continuaba profundamente dormida y yo, yo por mi parte comenzaba a sentir cada vez mas los efectos del alcohol. Al parecer si que habia bebido demasiado.
Las escaleras estaba precedidas por un estrecho pasillaje al fondo una puerta.

Entramos en la habitación y dejé, como si de una flor se tratase, yaciendo a la joven sobre su lecho. Un lecho, que se me antojaba apetitoso, capaz de compartirlo con ella. Ella habia tratado de seducirme y porque no pagarle de algún modo.
Sonreí. Una sonrisa misteriosa y algo libidinosa.

La observé si quizás seria mejor que la chica durmiese con algo menos de... ropa. Como si de un juego se tratase comencé a desnudarla, dejando que las ropas se desprendieran por si solas mientras que su piel se mostraba.
La tentación personificada me despojó de cordura y mis manos obtuvieron voluntad propia, acariciando su piel, descubriendo nuevas texturas.

Como cualquier otro día me desperté posada sobre mi cama, tranquilamente levante mi mano hacia los ojos para deshacerme del antifaz que me impedía ver, pero no lo llevaba puesto.
Abrí los ojos lentamente y delante mio estaba el, con su mano posada sobre mi pecho, acariciándolo suavemente.
Entonces recordé todo lo que había pasado a noche y me sobresalte, salí de la cama y repare en que mi cuerpo se encontraba desnudo, cogí las sabanas y me envolví, corrí las cortinas y me quede mirándolo fijamente, tal como el me miraba a mi. En esos momentos tenia ganas de matarlo, pero también quería acostarme a su lado a dormir un poco mas.
Sentado sobre mi cama mirándome con cara de ángel nadie adivinaría su oficio, levanto su mano hasta su cabello oscuro, parecía un demonio disfrazado de ángel.

No se que me condujo hasta hacer lo que hice, quizás lujuria, o puede que también el echo de que hacia mucho tiempo que no estaba con un hombre. Me dirigí a la cama y me pose a su lado.

OFF: Debo decir que aun es de noche, vamos el dia no llega aún... XD

ON:
PIel de seda, tacto y aromas que embriagaban de pecado. Los ojos de ella se abrieron lentamente, su movimiento, despertaba mas deseo aun en el interior de mi ser, despertando a esa bestia insaciable.
Al centrar sus ojos en mi, con los mios clavados en su cuerpo desnudo ante mi y solo para mí aquella noche; se incorporó rapidamente, sus senos dos perfectas creaciones se balancearon ante mis ojos. El deseo y la lujuria ardian en mi cuerpo descenciendo mi razón desde la cabeza hasta abajo.

La penumbra se hizo más evidente al ella ocultar las debiles luces moribundas de las farolas ya encendidas desde hacia horas. Aún podia decir donde estaba su silueta y mi instinto de animal salvaje me gritaba que fuera hasta ella, que la cogiese y la devolviese al lecho, tomarla hasta que mi nombre fuese desgastado por sus jadeos y suspiros.
Ella avanzó, yo revolvi mi cabello intentando decidirme si actuar o esperar, aunque eso ultimo apenas seria capaz de hacerlo durante mucho más tiempo. Deseo hecho realidad.Me dije cuando la tuve a mi lado.

- Al fin despertaís Alex.- DIje con tranquila voz, rozando sus piernas desnudas, hasta no cansarme no pararía de tocarla. Era fuego lo que recorria mis venas. El mismisimo fuego de Lucifer que incitaba al pecado. Pecado al cual gustoso me entregaria.- ¿Qué pretendias hacer?- Formulé la pregunta sin ninguna educación, más bien con tono decepcionado.- Nos lo estabamos pasando muy bien hasta que cometiste el error de querrer drogarme.- Dije mirandola fijamente a los ojos. Avasallándola con ellos, desnundando no ya su cuerpo, pues ya estaba desnuda, sino su alma como si fuese capaz de descubrir todos sus puntos débiles, dejandola indefensa ante mí.

Subí mi mano por su cuerpo rozándo los rosados pezones de sus pechos suavemente, hasta llegar a su hombro. Situé mi otra mano en su otro hombro... y la empujé hasta tumbarla en la cama tendiendola, quedando su cuerpo a mi merced bajo el mio.

Mientras el acariciaba mis piernas desnudas, mi mano no se resistía a acariciar todo su cuerpo, me acerque mas a el, entrelazando mis piernas con las suyas, y besándolo suavemente empezando por sus tiernos labios y bajando lentamente hasta su cadera.

- ¿Qué pretendias hacer?- dijo cortándome totalmente el rollo. -Nos lo estabamos pasando muy bien hasta que cometiste el error de querrer drogarme.

Mierda!, sabia que al final surgiría el tema pero deseaba que no hubiese sido ahora, porque la verdad.. no tenia respuesta. En ese momento había perdido el control, y me había visto completamente fuera de mis casillas. Pero así había descubierto también que no era tan ingenuo como parecía.

En el mismo momento en que dejo de hablar, me aparte de el, me cubrí con la sabana y me cruce de brazos.

- Despues de todo lo que paso esa noche, al verte, me sali de mis casillas. Que hubieras echo tu en mi lugar? - pregunte sin ningún rodeo.

Al acabar mi pequeño discursillo, le mire fijamente a los ojos, el estaba haciendo lo mismo, pero en esos momentos hubiera pagado lo que fuera por saber lo que pasaba en esos momentos por su mente.

El roce de sus piernas, desnudas, sobre mis pantalones fue tentandor, pero fueron sus labios, su boca... sus besos lentos en un principio, nerviosos que se fueron tornando intensos sobre mis labios recorriendo mi torso, llegando a la cadera para... detenerse al yo formular mi pregunta acusatoria.

Se alejó de mí cubriendose con una fina sábana en aquel momento me preguntaba si ella podría darse cuenta de inocentemente insinuante que parecía en aquel momento.
La miraba con una máscara ocultando el deseo de llevarla de nuevo a la cama y cobrar el precio de su intento de drogarme.

Sus palabras me hicieron recordar aquella noche. ¿Cómo olvidar aquella noche? Las imágenes de aquel momento se acercaron lentamente hasta tomar forma en mi mente. Me quedé pensativo.
- Debiste olvidarlo como te advertí.- Dije poniendome en pie, acercándome a ella paso a paso sin vacilación.- Sabes lo que soy, y aún asi te planteaste la posibilidad de tomarme desprevenido.- Continué acariciando su brazo, pegándome a ella, avanzando más hasta cortarle el paso por detrás al pegarla a la ventana.- En tu lugar, no habría fliteado con un asesino, en tu lugar, lo habría esperado y seguido tras abandonar el local y después...- Bajé mi mano hasta rozar el filo de la sabana y tiré... solo tiré hasta desprenderla de su cuerpo, dejandola caer a mis espaldas.- despues habría encontrado la muerte por atarcar, habrías muerto, pero... no voy a darte muerte como cualquier otro de mi rango lo haría.- Dije deslizando mi otra mano por su nuca enredando los dedos en su cabello fino y sedoso, acercando mi rostro al suyo, rozando sus labios con los mios.- Quiero hacer algo que nos guste a ti y a mí.- Expliqué moviendo mis labios sobre los suyos, con suavidad en un primer momento y luego con mayor fuerza y avidez. Sientiendo como lentamente las llamas nos envolvian en un abrazo ardiente de deseo y lujuria.

Todo estaba muy oscuro y solo una vela y los pequeños rayos de luna que conseguian colarse de entre las cortinas alumbraba la habitacion. Se levanto de la cama y con paso decidido vino hasta mi dejandome arinconada en la ventana, no tenia escapatoria, pero de todos modos no la queria. Era sumamente tentador no besarle mientras sus manos acariciaban mi cuerpo ahora desnudo despues de que el tirara de la sabana que lo cubria. Pero no me habia gustado tampoco lo que había oido, de todas formas queria divertirme asi que expulse todo de mi mente y me centre de nuevo en lo que de verdad queria.

-Quiero hacer algo que nos guste a ti y a mí.-dijo el mientras acercaba sus labios para juntarlos con los míos. Fui incapaz de negarme y deje que me besara, besándolo yo también cada vez más intensamente. Tenia ganas de jugar, después de tanto rato durmiendo, estaba ansiosa de mucha diversión. - Y que podriamos hacer que nos gustara a los dos?.- dije riendome y acariciando su pecho.

Allí acabó nuestra conversación, el se río y empezó a besarme con mucha mas fuerza y avidez. Levante los brazos para acariciar su pelo y entrelazarlos en su cuello, mientras el me besaba intensamente por el cuello y bajando lentamente. No quería estar de pie, así que moví mis piernas en un intentó de acercarnos a la cama. Pero había una entupida pregunta que no paraba de rondar por la cabeza, me daba miedo preguntarla, pero no podía eludirla. Quise preguntar como quien no quiere la cosa y mientras le besaba conseguí decir:

-Antes has dicho que no me mataras, por haberte intentado drogar, pero.. y si te lo ordenaran? – dije pensando en un posible enemigo en el futuro.

Continúe besándolo pero mis oídos estaban a la espera de una respuesta, y al ver que no aparecía, me aparte unos centímetros de el y me mire a los ojos, mientras el me miraba con esa estupida sonrisa burleta que siempre hacia.

Calor. Deseo. Perversión.
Suavidad perfumada, fria piel calentada lentamente. Exitación en la espera del placer ardiente. Ardor, quemazón y locura dispersandose. Recorriendome por dentro.
Mis manos se deslizaban lentamente por la sinuosidad de su esbelta figura. Seductora, embriagadora. Intensa, atrevida.

Esa magia se detuvo momentáneamente al ella separarse. Eso podría preguntarlo después. Pensé con una sonrisa de pirata e irónica en mi rostro.

- Sí.- Respondí simplemente. Si me pagan la mataría, si me pagan te mataría.

La atraí de nuevo hacia mí tomandola en brazos mientras me giraba para luego tumbarla sobre la cama.
- Y ahora no preguntes nada más, sé mía esta noche. No pienses, solo...- Dije inclinandome sobre ella besando con mimo su cuello, volviendo cada beso mas intenso succionando su piel.- siente.
El hambre de la carne me convertía en un lobo, preciso cazador. La luna estallaría en llanto, pues yo fiel amante de esta me ocultaría aquella noche dejandome envolver en otros brazos mas calidos, menos luminosos.

- Y ahora no preguntes nada más, sé mía esta noche. No pienses, solo...siente.

Cada vez más, me daba la sensación de que me veía más guapa calladita. No quería seguir hablando porque a cada cosa que me decía me arrepentía más de estar allí..., con el.
Cogiéndome las manos me atrajo hasta el, posándome despacio en la cama y el sobre mi, empezó a besarme el cuello, cada vez más intensamente. Enredándonos entre las sabanas, empecé a desatarle lentamente los botones de su camisa, dejando tu torso al desnudo finalmente.

-Hazme tuya. -conseguí decir entre balbuceos, y desabrochándole ya el cinturón.


Conseguí tumbarlo haciendo que el quedase debajo de mi en la cama. Me pose a gatas sobre el besándole mientras él me miraba con lujuriosos ojos de hielo que hacían que me derritiese en un fuego abrasador . Con un rápido movimiento el hizo lo mismo conmigo, colocándose nuevamente sobre mi.

Bajó sus manos y acaricialndome entre las piernas. De mi boca escapo un gemido, mi piel se estremeció, nuestros cuerpos iban a encajar cuando llegasemos hasta el final.

Deslize mi boca haciendo que esta fuera recoriendose el cuerpo de ese hombre que me ponia tanto. Cuando me vi besando su pecho quize ponerle de verdad, lami apasionadamente su pezon, haciendo que su respiracion de entrecortara.
Me pose a los pies de la cama y este se colocó tambien alli sentado. Fui bajando mis dedos hasta sus pantalones, desabrochandolos haciendo que cayeran de sus musculosas piernas, el mismo se sacó todo lo demas mientras yo le observaba posada en la cama. Cuando los dos nos encontramos desnudos tal como llegamos a este mundo, la pasion inundó toda la habitacion recorriendo su cuerpo con besos lentos, pasionales, deseosos de placer.

Jugué con mi lengua sobre su piel y de vez en cuando mordiendole suavemente, abriendo mis piernas para sentir su miembro endurecido por la exitación y el deseo pegado a mi sexo.

El no dejaba de besarme y yo no deseba que lo hiciese. Nuestros cuerpos parecian pegados, entrelazandolos una y otra vez como si temiesemos a que alguno de nosotros fuera a escaparse, viviendo toda aquella pasion que corrompia y destrozaba todo aquello que algun dia en nuestra infancia pudieran habernos enseñado en la iglesia. Esos dias parecian muy lejanos ahora mismo. Acariziandome, besandome en zonas de mi cuerpo prohibidas a desconocidos haciendome gemir de placer llebo uno de sus dedos hasta mi punto mas sensible masajeando todo aquello,mi cara enrojecida por el placer y la excitacion, mis suspiros. Escapaban de mi boca como sino supiera pronunciar nada más.

Mi cuerpo seguia todos sus movimientos, sus diferentes posturas. Me sentia como en las nuves. Mi cama nunca me había parecido tan comoda. Tumbandome de nuevo, el posandose sobre mi, volvió su boca hasta uno de mis pechos y agarrando el otro, apretandolo. Ese gesto me hizo dar un fuerte suspiro de placer. El parecia no haberse dado ni cuenta ya que seguia besandome el otro pecho succionandolo como supongo que deben hacer los recien nacidos en busca de un alimento que el no devia encontrar. Me acerqué mas a él, mirandolo con cara de querer más, mucho más de lo que me estaba dando. Me sentía la mujer mas atractiva del planeta pero, de repente el cerebro me volvió a la cabeza. Me volví a sonrojar, mi pelo devia estar echo un asco, y la verdad estaba un tanto acalorada. Volvi mi mirada hacia su cara, mierntras de su boca se escapaba una sonrisa y sus ojos brillaban de excitacion. Estaba disfrutando con aquello tanto como yo? .

No había nada en que pudiera pensar sino en poseerla, nhacerla mía. Pocas mujeres me habían parecido tan sensuales y exóticas como aquella que ahora tenía bajo mi cuerpo, sintiendo su desnudez contra la mía. Solo deseo, solo placer, nada podría enturbiar aquel momento de intimidad lujuriosa.
El dulce sabor de sus pechos en mi boca, sus gemidos y suspiros de placer me excitaban, mi virilidad se endurecía, estaba deseoso de sentir el calor de su húmeda cavidad.

Dos cuerpos cubiertos de sudor emanando pasión y lujuria. Si la gula de la carne. De su carne y su placer. Acerqué mis labios a los suyos besándola con pasión entrelazando mi lengua a la suya mirándola a los ojos excitándomecon el deseo que veía en ellos.
Introduje un brazo bajo ella y nos incorporamos quedando ella sentada sobre mi, como mi miembro pegado contra sus nalgas mientras seguía besándola succionando su lengua de una manera pasional y llena de deseo y lujuria por que eso era lo que estaba haciendo yo, entonces, con mis manos separé sus nalgas dejado una abertura por la cual entraría mi miembro. Me moví un poco rozando mi sexo contra el suyo.

Tomándola de la espalda la atraje hacia mi a tal punto que sus pechos quedaban completamente contra mi cuerpo pero aquello había hecho que el acceso a su sexo fuera mas fácil y eso fue notorio cuando mi mano acomodé bien la punta de mi miembro en la entrada de su sexo haciendo que segundos después mis caderas se movieron haciendo que miembro se abriera paso en su interior solamente unos cuantos centímetros por ahora pero lo suficiente para que comenzara a sentirme dentro de ella.

Cuando su miembro empezó a abrirse paso entre mis piernas alcanzando su mayor objetivo, penetrando tímidamente en mi, me aparte de el. En aquel momento no reconocí mi acto, pero lo hice. Miles de sentimientos me golpearon fuertemente. Rabia, vergüenza, pecado, dolor, placer, enfado.

-Se acabo lo de hoy. -le dije duramente. No sabia que rabieta me estaba dando, solo quería quedarme sola.- Recoge lo tuyo y vete.

Me tape con un fino camisón que encontré sobre una silla y me encerré en el baño. Mirándome fijamente al espejo. Contemplando como una lagrima rodaba por mi cara. Cogiéndome un mechón de pelo y cortándolo con unas viejas tijeras tiradas por ahí.

Esperaba que cuando saliera él ya no estuviera ahí, para ver mis pintas, aunque algo me decía que eso no seria así.