Aposentos de Jace

Hay un retrato en la pared, con un nombre en una pequeña placa. El nombre Eleanor V. Wayland:

Spoiler:

Coguidos de la mano recorrimos muchos pasillos hasta llegar a una puerta de caoba, me invito a entrar y aun que yo le note incomodo pase igualmente y me encontre en una habitación y supuse que seria la suya, tenia unos colores verdes y dorados preciosos y estaba muy bien amueblada lo cierto es que era de un gusto exquisito.
Aun de la mano me guio hasta su cama y alli sentados pasamos un rato mirando hacia delante, cuando le mire a el me di cuenta de las heridas y le dije rompiendo el silencio -Creo que deberia curarte esas heridas.
Lo cierto era que sabia curar ya que la mayoria de las veces mi hermano y yo no saliamos muy bien parados en nuestros negocios...
Segui mirando su cara que a pesar de las heridas estaba reluciente y con ese color dorado tan especial.

Le observe mientras traia las cosas y las ponia en una silla despues hice que se sentara en la cama y yo me levante y enpece a mover mis manos sobre su cuerpo mientras curaba las heridas dando puntos o aplicando desinfestante todo esto paso en silencio y el no se quejaba por lo que a final de a cura me sente junto a el y le di un suave beso para luego decire -Ese es tu premio por se un buen enfermo y no quejarte.
Le segui mirando a esos preciosos ojos dorados cayendo como en un trance era como si no pudiera vivir sin mirar esos ojos...

En el momento en que volvi a sentarme, ella se levantó y tomando aquello que necesitaria comenzó desinfectando, añadiendo puntos al corte del labio y volviendo a desinfectarlas.
Sabia que aquellos golpes eran merecidos. Sabia que debia disculparme. Pero mi orgullo me lo impedia, me habia vuelto algo mas orgulloso de lo que creia. "En este sentido tambien ella tiene razon, no he crecido" Segui sumido en mis pensamientos y recuerdos de esa noche. "¿Cuántas mentiras habre dicho esta noche?" No queria convertir mi vida en un circulo de mentiras, pero que podia hacer, me daba cuenta de estar Padre con vida se hubiera sentido decepcionado por mis actos. <<El único pecado que existe es el robo. Recuerdalo bien, cuando mientes robas el derecho a la verdad, cuando matas robas el derecho a la vida...>> El recuerdo estaba borroso, pero la voz clara al igual que el mensaje que me habia transmitido Padre con aquellas palabras, y yo... yo habia cometido ese pecado. De diferentes formas pero lo habia cometido.


Sentí un beso en la mejilla y giré la cabeza confundido. Haber estado sumido en aquellos pensamientos me habia ahorrado sentir el dolor. Sonreí a los ojos que me miraban abosortos, tomé ventaja de la situacion y me incliné sobre ella tomando de ella un beso. Un unico beso, intenso, deseoso y pasional. No me importaba en aquel momento se soltaran los puntos, no me importaba puesto que la recompensaba estaba mas que merecida. Me separé unos centimetros, mirandonos como estabamos fijamente a los ojos el uno de la otra.
- Eso o qué la enfermera es excepcional.- Dije con una media sonrisa ladeada en la expresion de mi rostro.
Volvi a besarla.

Segui mirandoo hasta que el me beso fue corto pero intenso, sonrei por su comentario pero no respondi ya que no queria romper ese fantastico momento luego volvio a besarme y yo pose mi mano delicadamente en su nuca mientras le acariciaba el cabello, mi beso fue deicado ya que no queria que su labio se voviera a abrir.
Mientras nos besabamos me puse a pensar y me di cuenta de que estaba mi ntiendo a Jace ya que el creia que me conocia y en reaidad toda mi vida era una mentira y que lo peor es que no se lo podia contar porque entonces Luigi y yo tendriamos que huir...

Estabamos alli sin hacer nada pero de glpe nos besabamos con pasión y un sentimiento me embargo no era lo que sentia siempre sino vacio y amargura ademas de que me sentia una mentirosa y razone sobre el hecho de estar con el y senti que el no era adecuado para mi tenia la sensacion de que me doleria estar con el ademas no queria llegar tan lejos por lo que le dije misntras paraba y nos separabamos -No puedo seguir asi no te quiero esto es pura pasion y yo necesito alguien que me quiera y tu tambien creo que tu y yo podemos ser muy buenos amigos incluso los mejores pero no quiero nada mas asi que sera mejor que no nos besemos mas.
Hice una pausa y pense si acepta mi amista me sincerare con el y le dire mi pasado y si no pues intentare solucionarlo o me ire...

Ahora que le veia tan triste y decepcionado senti tristeza pero su afirmacion sobre nuestra amistad me subio la moral, empece a plantearme como le contaria mi procedencia y toda la historia de mi empleo ya que esperaba que lo entendiera y que no me odiara por ello ya que a mucha gente le aterra mi empleo y detesteba a los que a ello se dedicaban seria perfecto contarselo y que lo entendiera y que mi pasado no afectara a una amistad que seguramente duraria mucho tiempo...
Decidi decirselo y dejarme de mentiras porque luego todo puede empeorar y que surgan complicaciones entonces decidi hablar -Ahora que somos amigos quiero ser sincera contigo porque los amigos no tienen secretos y confian el uno en el otro asi que quiero saber si te comprometes a guardar el secreto que pretendo desvelarte porque es muy serio y seria muy grave que se enteraara demasiada gente. Dije con voz seria y neutral.

Le mire seria como nunca había estado delante suya, respire hondo y afronte que lo debía hacer ya que las amistades se basaban en la sinceridad y me recogí un mechón de pelo luego empecé a relatar mi vida desde el principio –Todo empezó hace casi cuatro años yo tenia los trece recién cumplidos era invierno y estaba en mi casa durmiendo cuando muy entrada la noche se escucho un terrible ruido en el salón de mi casa yo asustada baje lenta y temerosamente las escalera y cuando llegue al final me encontré a mis padres muertos en el salón presa del miedo subí a mi habitación y me encerré ya que no quería afrontar lo que veía al día siguiente un grito se escucho desde abajo era la vecina había encontrado los cuerpos y me culpaba a mi de la muerte de mis padres subí me volví a encerrar me vestí cogí algunas cosas de valor y huí de mi casa sin pensar, al poco tiempo me quede sin dinero y empecé a robar me lleve mas de un golpe y tuve que vivir bajo un puente de Inglaterra al mes o así Luigi Arcuri me encontró tirada en la calle sucia, sin dinero y llorando no se porque ya que todavía no me lo ha dicho se apiado de mi y me acogió en su casa mi instruyo en el negocio del contravandismo, el me salvo de la vida en la calle me proporciono un hogar y me cuido como a una hermana y yo le quise como tal, al cabo de un año me enamore de una joven cuatro años mayor que yo Andrea de Luca pero a los ocho meses juntos se fue sin avisarme y no lo he vuelto a ver tuve pesadillas y lo pase muy mal, luego tuvimos problemas en nuestros negocios y estafamos a un tipo llamado Evan dáddiego quien juro vengarse pero al que aun no nos hemos enfrentado, todo iba bien en el negocio hasta que un policía que nos investigaba murió y nos culparon a nosotros aunque había sido su socio, entonces huimos a Venecia, fingimos ser hermanos, fue entonces cuando nos dimos cuenta de que la gente de aquí era muy amable y decidimos dejar nuestro pasado a un lado y empezar una carrera como artistas y no decir nada del pasado a nadie.
Trague saliva y espere una reacción o algo aunque fuera una simple mueca para saber que pensaba ahora sobre mi y mi terrible pasado.

La seriedad con la que me miro, basto simplemente para hacerme ver como quien habia sido educado para ser, un hombre de confianza que se tomaba todo de forma seria y sensata. Aunque habia ocasiones en las que mis insensateces superaban a la sensatez. Pero aquello que era importante para Violetta debia ser importante para mi.

Escuché toda su historia. Huérfana. Ladrona y contrabandista. Ahora su vida parecia mas tranquila. Era artista y no dudaba de que asi era.


No supe que decir, necesitaba ordenar en mi cabeza asimilando todo lo que acababa de decir. En silencio me puse en pie y comencé a caminar por la habitacion, deteniendome en el cuadro colgado por orden de mi difunto padre. Segun sabia ella habia sido la mujer que me habia dado la vida, la misma que me abandono a los pocos años.
- Así... qué fuiste contrabandista.- Comenté, aun estando de espaldas a ella, con un tono de voz tranquilo. Segui unos minutos mas, creo que no debi hacer aquello, el silencio que siguio a mis palabras habia sido desesperante para ella, pues al girarme vi en sus ojos preocupacion.


Con paso seguro y firme me acerqué a ella arrodillandome en el suelo y tomando en mis manos las suyas. "Estan frias" Pensé. Las sostuve e intenté calentarlas frotandolas en mis manos.- Gracias.- Dije sin mirarla a los ojos aun.- Gracias por confiarme el secreto de tu pasado, Violetta.-La miré con una sonrisa dibujada en mi rostro. No me importaba su pasado, no era quien para juzgar a alguien por quien habia sido.

Me quede sentada en la cama con a cabeza caida esperando saber que pensaba al poco se lebanto aun sin decir nada y paseo un poco por la habitacion pensativo estaba preocupada y se me notaba bastante ademas el nerviosismo estaba flor de piel y estaba tamblado era a la primera persona de venecia a la que se lo contaba y estaba sinceramente preocupada.
El abanzo hacia mi que continuaba sentada en la cama y se arrodillo junto a mi me tomo las manos y me las froto lo cierto es que tenia frio pero dsse los nervios no me había dado cuenta luego me dio las gracias y yo suspire aliviada y dije -¿pero lo comprendes no?
Sabia que podia confiar en el pero no podria vivir sabiendo que el me odia por mi vida pasada ya que para mi era muy importante su opinion...

Volvi a bajar mis ojos a sus manos.

Exactamente no sabia como responderle, ¿qué debia comprender?
"Siendo una niña la acusaron de ser responsable de la muerte de sus padres, la obligaron indirectamente a vagar sola por las calles donde vivio una vida que no merecia ni merece. Aquel al que me habia presentado como su hermano resultaba ahora que no lo era, habia sido contrabandista el mayor enemigo de los comerciantes. Pero..."
Suspiré.
- Violetta,- Dije sin saber a ciencia cierta cuales serian las palabras que de mi saldrian.-fueras quien fueres no me importa. No juzgo a las personas por su pasado, sino por su presente y futuro.- Alcé de nuevo los ojos clavandolos en ella mis manos abandonaron las suyas dirigiendose asi a su mejilla para acariciarla suavemente.- Para mi eres Violetta Salvatore, la joven que llevo anclada aqui.- Dije dando unos golpecitos en mi pecho.- Para mi eres mi maravillosa artista. Violetta Salvatore, - Sonreí.- es y sera por siempre parte de mi vida. Una parte importante de ella.- Mis palabras eran sinceras hasta el punto de sorprendende a mi mismo de su veracidad y la seguridad que transmitian.


No sabía si eso respondia a cualquier duda que pudiera alberagar o si incluso respondia a su pregunta. Pero de lo que si estaba completamente seguro era de no haber mentido en mis palabras, las decia y sentia con el alma.

Suspire aliviada ante sus palabras era un alivio tener su confianza y confiar en el y sabia que no mentia sus ojos me lo decian eran sinceros. Pose mis manos sobre las suyas que estaban en mis mejollas y las hice caricias con los pulgares y dije -Gracias por tu comprension y por guardar mi secreto eres en gran amigo.
Mire a sus ojos un sonrei abiertamente y le di un abrazo despacio para no dañar mas sus heridas aunque parecia no acordarse de ellas.
Aroraba a Jace era como un hermano y siempre le deberia el haber guardado mi secreto y no juzgarme por ello...

Negué lentamente con la cabeza, sintiendo la suacidad con la que rozaba, acariciando, con sus pulgares, mis manos.
- No tienes que darlas, Violetta.- Dije.


"Tal vez..."
No debia, ni deseaba ni queria seguir manteniendo un secreto. Pero me sabia a ciencia cierta que me sentia incapaz de hablar de ello.
"Quiero creer que puedo merecer el que me llame amigo." Entonces tome una decision, podria no hablarle de aquel secreto, pero... habia otros que para mi era mas importante que cualquier otro. Pues las consecuencias de que se supieran afectarian a terceras personas inocentes.


Me levanté del suelo y me sente a su lado sobre la cama.
- En la fiesta me preguntastes a que me dedico, ¿verdad?- Vi como asentia y yo prosegui. Y baje la mirada al suelo.- Te dije que buscaba informacion, pero...- Callé y tome aire, me sentia nervioso e intentaba ocultarlo.- lo cierto es que para la sociedad me hago cargo de los negocios familiares.- La miré.- Pero lo cierto es que cuando nos conocimos yo no era el noble que se supone que soy sino mas bien..- Volvi a callar.- un cazarrecompensas.- Dije, esperando dijera algo o ver alguna reaccion, pero continue.- Tal vez no sea tan importante como tu secreto pero, si llegase a oidos de cualquier noble, creeme que los afectados serian aquellos que trabajan para mi.


La mire fijamente recordando asi uno de los nombre que habia mencionado en su relato. Si verdaderamente era él, ella debia mantener mi secreto.
- Promete una sola cosa mas, si volvieras a encontrarte con Andrea deLuca jamas, oye me bien, jamas desveles mi rango de nobleza.

"Si llegase el momento preciso debo ser yo quien lo desvele." Lo cierto es que hacia años que no le veia y dudaba de volver a verlo, pero... Todo es posible y habia que ser precavido.

Me dejé guiar entre los pasillos, los diferentes pisos de la mansión hasta llegar a una puerta que destacaba entre otras. Tragué saliva en una mezcla de expectación y nerviosismo. Había estado esperando el momento durante mucho tiempo y ahora se desplegaba ante mí con una claridad que aguardaba que fuera transparente. Crucé mi mirada con la suya, mordiéndome el labio, antes de que abriera la puerta de sus aposentos y me ofreciera entrar. Dejé escapar una risita ahogada al verle hacer la reverencia, adelantándome dos pasos para colocar la mano sobre su mejilla y después depositar un beso sobre su pómulo. Susurré un pequeño “gracias” en su oído, realmente valoraba este detalle, y ofrecendo una media sonrisa crucé el umbral de su habitación, guiando mi mirada hacia todo lo que contenía. Todo parecía de una calidad exquisita, como no me esperaba menos habiendo visto los preparativos de la fiesta que estaba teniendo lugar ahora mismo en los jardines, desde los cuales se podían distinguir algunos retazos amortiguados de las voces de la gente o la música que interpretaba la banda en todo su fervor.

Las cortinas verde oscuro con bordados dorados, a juego con las ropas de la cama, unas flores frescas sobre una cómoda, quizá los pequeños candelabros le daban un aspecto precioso. Eché otro vistazo en derredor describiendo con el dedo la curva de la mesita de noche, acariciando la madera tallada. Me giré hacia él, con la misma sonrisa tímida en el rostro.

- Es una habitación muy bonita, Jace. Me encanta. - Susurré jugando con los pliegues de mi falda, sonriéndole. Seguí recorriendo la estancia con la mirada, hasta que reparé en un cuadro que destacaba entre todas las demás. Atrapada, inconscientemente me acerqué para contemplarlo de mas cerca. Una bella mujer posaba en este retrato de una tan forma confiada que conquistaba. Estuve a punto de preguntar de quién se trataba pero un segundo después reparé en la pequeña placa que rezaba el nombre de Eleanor V. Wayland debajo del retrato. Se me hizo un nudo en la garganta al saber de quien se trataba. Unos segundos antes, el Consejero de Carolina había mencionado ese “desafortunado acontecimiento” respecto a su padre, pero no había mencionado nada respecto a ella.
- ¿Es tu madre? - Pregunté sin volver el rostro del cuadro.