Habitacion cerrada.

LLevaba todo el dia con una extraña sensación como si fuera a ocurrir algo de un momento a otro aunque pensaba que solamente eran cosas mias, la verdad es que mis cuidadoras ultimamente me tenian ocupada más de lo normal, o esa era la sensación que me daba ultimamente no dejaba de bordar, aprender musica, leer escribir y multitud de cosas más sin descanso alguno por lo cual cuando llegaba la noche despues de la cena inmediatamente despues caía rendida en el lecho, demasiado cansada para hacer nada, mi rutina diaraia se habia reducido a eso lebantarme , desayunar clases almuerzo, clases media tarde clases cena y hora de dormir, estaba harta de esa rutina y sino, cuando no dabamos clases nos pasabamos del dia fuera, lo veia como una escusa para algo aunque no decia nada nunca pues no queria estropear nada.

Hace unos momentos habia estado encerrada en mi habitacion observando por la ventana que daba a las calles viendo la gente pasar y sonriendo al imaginar lo que pasaria por las cabezas de las personas que se encontraban enfrentemia a sus quehaceres diarios sin darse cuenta de que eran observados por mí.

Cuando una doncella interrumpio en mi habitación diciendome que debia bañarme miré la hora y accedí dirijiendome al baño tras tomar un baño relajante volví a mi habitación donde vestí un sencilllo vestido de color marfil, con bordados plateados, las damas al ver mi eleccion refunfuñaron aunque yo les dije, " si hoy no haré nada especial " con lo que ellas no se atrevieron a responderme o al menos esa fue mi sensación justo cuando parecia que me querias arrastrar a la sala de música para practicar con el piano conseguí librarme y comencé a recorrer los numerosos pasillos de la que era mi casa.

Spoiler:

Me adentré por un pasillo en el cual habia una habitación no sabia lo habia por alli, y decidí que seria un buen escondite para mí.
Intenté abrir la puerta pero sin suerte pues taba cerrada a cal y canto.

Y aquí estoy delante de esta puerta cerrada intrigada por saber lo que habrá y esperando que las doncellas no me encuentren.

Todos sabian que hacer en ese dia. Habian dejado mi ropa preparada, suspiré al verla, no era que la moda francesa me atrajese demasiado pero a fin de cuentas lo hacia por ella.
Miré el reloj aun quedaba tiempo suficiente como para tener que ir pareciendo un pimpollo por la casa. El acontecimiento que tendria lugar ese mismo dia me habia impedido conciliar el sueño aquella noche por lo que tomé un baño reparador y un desayuno consistente.


Ultimamente apenas si habiamos coincido ella y yo salvo en las comidas y cenas, por lo que me decanté por ir a buscarla, tal vez para hablar con ella de cualquier cosa. Me acerque a su habitacion pero sus cuidadoras me dijeron que la niña se habia escapado, me tuve que reir por el tono de desagrado y las caras largas de todas ellas.
- No os preocupeis la hemos estado atosigando demasiado.- Dije y ellas comprendieron.- Me iré a buscarla.


No habia estado en el pasillo de mis apasentos y ya sabia que obvia y claramente no estaria en el suyo. Sonreí ya sabia donde estaria. Me encaminé en la direccion acertada y alli la encontré parada frente a la puerta que años atras yo mismo habia mandado cerrar.
- ¿Intrigada?- Pregunté detrás de ella, abrazandola por la cintura y apollando mi barbilla en su hombro.

suspiré con resignacion al parecer no podria abrir esa puerta que tanto me intrigaba puse la oreja contra la puerta como si así fuera a descubrir algo cual niña pequeña pero nada volvi a alejarme quedando prente a ella la puerta que se me resistia alargué mi mano para tomar de nuevo el pomo de la puerta a sabiendas de que estaba cerrada pero justo cuando estaba apunto de rozarlo para girar hacia uno de los lados una voz me sobresaltó.

Me giré con lentitud y suspiré aliviada al comprobar que no era ninguna de las cuidadoras que seguramente me estaban buscando como locas por toda aquella casa.
Sentí los brazos de mi hermano alrededor de mi cintura y puse mi mano sobre las suyas despues ladeé mis rostro hacia un lado el cual no estaba apoyado él.

-Un poco - respondí con mi habitual tono de voz relajado y neutro despues volví a fijar la mirada en aquella puerta de aspecto consistente y en el picaporte , que parecia esperara a ser abierto lo cual me daba una ganas terrible de hacerlo pero, me contube puesto que era una persona seria en todos los sentidos y debia serlo tambien en estos momentos, ya que pudiera ser que él no queria que la abriera.

Giré mi rostro y deposité un suave beso en su mejilla para despues acariciar su cara con una de las manos libres en una clara demostración de cariño despues sonreí y me decidí a hablar de nuevo, pues que como él ya sabia no solia ser demasiado sociable o hablar mucho aunque con el solia hablar más de lo normal.
-No habrás venido a delatarme y llevarme arrastras de nuevo ¿ No ? -pregunté en un tono burlón y de broma mientras una leve sonrisa hacia que mis labios se curvaran.

Sonreí, tal vez se hubiese convertido en una costumbre ya pero cuando algo me inquietaba, me tranquilizaba el sentir el contacto afectuoso de mi hermana. Me hacia tanto bien que en ocasiones pensaba que mas que rescatarla a ella habia sido ella sin ayuda de nadie salvo de si misma la que me habia salvado a mi, de una soledad aun estando rodeado de gentes que me apreciaban, admiranba y querian, y una carga que cada vez pesaba mas sobre mis hombros.
- ¿Esta cerrada?- Pregunte con un tono algo infantil, solía emplear aquel tono cuando queria que fuese ella la que pidiese o desvelase sus deseos que siempre solia acallarse y guardarselos para si.


Adoraba ser unico receptor de aquellas muestras de cariño que solia dedicarme, y como cual niño pequeño queria atesorarla solo unica y exclusivamente para mi, pero era esa forma de pensar la que en alguna que otra ocasion Mariahn me habia sermoneado sobre mi sobreproteccionismo hacia ella, pero cual era mi respuesta siempre, no desistir en esa proteccion.
- ¿Quieres que te delate? O ¿prefieres estar conmigo unas horas mas?- Pregunte otra vez intentando que fuese ella la que me pidiese todo cuanto deseara.- A veces dicen que exagero con todo lo que hablas.- Dije como si estuviese exasperado pero me heche a reir sin remedio alguno.

Entonces señale con la cabeza la puerta.
- ¿Sabes que se esconde al menos tras la puerta misteriosa?- Le pregunte con un timbre divertido producto de la risa.

sonreí al escuchar su pregunta en un tono infantil que aunque siendo de igual edad parecia que el fuera un niño pequeño en comparación le miré y medí mis palabras pensando en contestar o dejarle con las ganas de ello pero decidí laprimera opción le miré y sonreí.
-Si estubiera abierta no estaria aquí duera...¿ me la abres?- pregunté mirandole cn ojos de cordero degollado-...Por favor...-añadí en tono persuasivo, ese que solia utilizar para que no se enfadara conmigo cuando estaba frustado por algo o cuando pedia algo que en un principio me negaba.

Le observé al contesar a mi pregunta la cual habia dicho con sorna, y e miré ladeando le rostro para despues esbozar una pequeña sonrisa de lado en mis labios.
- Si me llevas allí de nuevo me escaparé por la ventana - respondí son una sonrisa mayor que la anterior. - Sabes que prefiero quedarme contigo....- continué diciendo.

Sonreí al escuchar la finjida exasperacion de sus palabras lo cierto es que con quien mas solia hablar era con el con la demas gente apenas hablaba mas de dos frases seguidas lo que hacia ue pareciera que no hablaba, pero no era así aunque en muchas ocasiones dejaba tan solo pensando en mi cabeza mis ideas guardandomelas para mí sin deir nada a nadie.

Observé su gesto hacia la puerta y rodeé os ojos despues simplemente negué con la cabeza ya que si supiera lo que contenia aquella habitación no me intrigaria lo suficiente como para querer entrar.

- quizás yo fuese mas rápida que tu y no lograrias alcanzarme - respondí con una ancha sonrisa en mi rostro de porcelana, suspiré al oirle la verdad es que siempre estaba haciendo algo, si no era bordar, era tocar algun instrumento , sino modales, o conducta, o esto o aquello o lo de más allá estaba al borde de mi paciencia y eso que solia ser grande pero necesitaba tener espacio estar sola de vez en cuando, esas cosas las necesitaba la gente siempre y yo con mas frecuencia que una persona normal, y lo admitia.

Observé su movimiento sin hablar preguntandome que hacia con una curiosidad delatada en mis ojos azules, observé la plateada llave que me tendia, la tomé entré mis manos con delicadeza como un pequeño tesoro que se debia cuidar siempre.
asentí al escuchar su petición e introduje la llave en la cerradura de la hermosa puerta que anteriormente no habia conseguido abrir giré con delicadeza hasta que la puerta cedió y empujé para abrila dejando ver la sala.
Estaba excelentemente adornada, sonreí y escuché sus palabras las cuales me sorprendieron no porque aquella duera la habitación se su padre, sino mas por el echo de que recalcara la palabra nuestro.

Noté que me empujaba con suavidad para entrar y entré sin decir nada, no sabia como expresarme queria decir lo que sentia en esos momentos pero no podia abrir la boca observé la habitación con detenimiento mientras el seguía apoyado en la puerta rocé con mis dedos el cabecero de la cama y di una vuelta a toda la habitación intentando que todo aquello quedara en mi mente guardado.

observé sus movimientos mientras se aproximaba a un armario enorme, que ocupaba un gran parte de la pared, no estaba cerrado y observe como rebuscaba entre los cajodes de del armario y tomaba una cajita ladeé mi rostro como siempre que algo se me hacia extraño, o como cada vez que deseaba saber el poruqé de alguna cosa en ciertos gestos aún era una niña.

Me señalo algo que estaba a mis espaldas y me giré para observar el que era lo que me señanala contemplé un gran cuadro mientras enderezaba el rostro y mi sorpresa fue grande pues el rostro pintado sobre aque lienzo era identico al muchacho que ahora tenia por hermano, la vision era sobrecogedora pues el parecido era inmenso.

- Es tu padre ¿ verdad ? - dije volviendome hacia él - Era un hombre apuesto, os pareceis mucho - respondí con una sonrisa sencilla. . Una duda me reconcomia por dentro y decidí preguntar algo temerosa de la respuesta que podria obtener.
- ¿ Crees que de haberme conocido me consideraria adecuada para estar en esta familia ?- pregunté con un gesto de duda en mis ojos azules.

observé la caja que me tendia intencionada mente y le pedí permiso con la mirada para tomarla entre mis manos cuendo consideré que me la daba la tomé y sin todabia no observar su interior pasé mi dedo indice por los bordes de la caja rectangular.

Asentí al oirle hablar de su padre, a mi me hubiera gustado poder conocer a los mios, y poder hablar con orgullo de ellos como lo hacia él aunque parecia algo distante, lo cual me hizo suponer que el se asemejaba en caracter mas a mu madre.
Sonreí al escuchar su comentario como yo pensaba habia sacado el caracter de su madre.
- Me gustaria poder hablar así de mis padres, pero no los conocí, practicamente murieron cuando era un bebé- dije mirandole.

Nunca le habia contado aquello, me lo guardaba solo para mí supuestamente yo era abandonada aunque no era esa la verdadera historia.
Al escuchar su afirmacion suspiré con tranquilidad mientras sentia posarse sus labios en mi mejilla, despues volví a observar la caja.

La aproximé mas hacia amí y con una de mis manos comencé a abrirla para descucbrir que habia en su interior pues no tenia la menor idea de lo que me iba a encontrar dentro de aquella caja.

noté como me abrazaba con mayor fuerza en ese instante supe que jamás me sentiria sola, y que no podria llegar a ser infeliz nunca más.
Terminé de abrir la caja y mis ojos se maravillaron al obervar aquella pieza de coleccionista que parecia tallada por ángeles y diseñada por dioses, de formas caprichosas e hipnotico brillo mentiria de forma descarada si dijese que aquella joya no me gustaba, normalmente nno me gustaba llevar joyas muy ostentosas pero esta era tan preciosa, en cierto modo era algo sencillo, la belleza de lo simple.

Le observé colocado frente a mí estaba tan ensimismada que no fui capaz de notar que el abrazo se desacia y ya no estaba detrás de mí le observé y tragé saliba pues pensaba que si hablaba en ese preciso momento en este preciso instante diria alguna sarta de estupideces que no venian al caso.
- Es preciosa - murmure supe que esta palabra no era suficiente para describir la belleza de tal joya pero no habia mas palabras que pudieran salir por mis labios los cuales estaban parados de la clara emoción que me embargaba en ese momento, como la de la novia la cual esta apunto de casarse invadiendote ese pequeño cosquilleo en el estómago.

Asentí ante su pregunta y le tendí la caja para que él mismo me pusiera el collar alcé mis cabellos rojidos con delicadeza despejandolos del cuello para que no quedase pillado ninguno, ajusté el collar a la altura que consideré apropiada, pegado al cuello de forma que luciera bien, despues cuando noté que estaba abrochado dejé caer mis cabellos de nuevo y abracé a mi hermano.
- Gracias, Gracias por todo .- musité

Adoraba verla feliz y en ese momento lo estaba, me lo decian sus ojos, su boca, su rostro en si y aunque fuese de piedra seria capaz la pierda de mostrar la felicidad que ella poseía.


Tome la cajita que me tendia ahora vacia, observe como relucia la joya en su cuello, no me habia equivocado, estaba echa para ella. Deje la pequeña caja semi abierta sobre los pies de la cama que en algun tiempo que ahora me sabia lejano como si de un sueño se tratase habia compartido de pequeño junto a mi amado padre que no podria presenciar aquel momento en la noche. Me puse a las espaldas de Daphne abrochandole sin complicacion el cierre del collar.


Sonreí y volvi frente a ella.
- No seas tonta, ¿Gracias porqué? Nada tienes que agradecer.- Tome su rostro entre mis manos y acaricie sus mejillas.- Todo cuanto haga por ti, es unicamente lo que siempre has merecido. Y ahora vamos,- Sonrei.- Se nos ha hecho tarde Mariahn me va a despellejar.- Dije apesar de ser aun temprano, pero quedaban un par de cabos sueltos y tanto Daph como yo teniamos que acicalarnos para la noche.


Tome su mano y salimos de la estancia cerrando la puerta con la llave y volviendo a colgarmela al cuello, caminamos hasta llegar a una vifurcacion del pasillo.
- Te vere luego.- Dije sonriente y alli nos despedimos hasta la hora en la que me mataria. Porque sabia que me mataria, pero yo estaria feliz con solo verla, imaginandomela, bajar las escalinatas de marmol.

La vi marcharse no podia quedarme mucho tiempo por lo que sali corriendo por el pasillo hasta la habitacion y como esperaba alli estaba ella con su tipica arruga de descontento en la frente entre las dos cejas, tome la ropa y me fui al baño intentando contener las ganas de gritar y reir a la vez que tenia.


CERRADO