Sastreria de Katherine

seguia,absorta, buscando lo que necesitaba cuando noté como me rodeaba con los brazos, abrazandome escuché todas y cada una de las palabras que eran dirigidas a los solis ¿ que sabria el?, recordé a miprometido, a mis conocidos de solis, a la que seria mi futura hermana, no, no eran como el los describia.

sentí como mientras hablaba me atraia mas hacia el y como me giraba, clavabasu mirada en mi de una forma que no megustaba nada,aunque su forma de hablar fuera tranquilizadora, giré mi rostro hacia unlado apartando la vista.

- Se que es imposible que el me haga daño -murmuré en un tono bajo sabia que el no me haria daño nunca.
-Agradezco de verdad que se preocupe de esta forma por mí, pero no es necesario - murmuré mientras alzaba mis grandes ojos castaños de nuevo hacia el.

La miré cada vez sentia mas asco, sus palabras haria que se las tragase. Los solis no merecían ningun sentimiento salvo el odio y el desprecio por parte de algun Lunae. Su voz era apenas audible.
- No os confieís. Son muy calculadores, perfectos maestros del engaño.- Seguí mirandola viendo como giraba el rostro hacia otro. El tono que estaba empleando lo mantuve. Volvio a mirarme.- Si supiera que estais a salvo, comprenderia que no es necesario, pero mi pequeña niña, no es asi, ahora estais en un peligro constante.- La tome del rostro.

"Ahora que sé esto, no puedo permitir que sigan adelante" Urdiría algo para detener aquella locura. Era una blasmefia contra el reino, y cualquiera nacido de la union de ambos reinos un engendro. Un hijo portador de mal augurio.

- Aun estais a tiempo.- Le perfore los ojos con los mios.- No permitais mancillar el nombre y honor de vuestra familia.

seguia diciendo cosas que yo sabia que no eran verdad nunca habia entendido ese odio que tenian por lo solis, mis padres siempre me inculcaron respeto hacia todos fueran del reino que fuesen.
noté como tomaba mi rostro y me perforaba con la mirada me aparté con suvidad y me volvi hacia el ventanal que daba a la calle de pié mirando por el a la gente que pasaba.
- La decision está tomada, además el no es de venecia, y su familia a la que espero conocer pronto lo aprueba.- musité de forma ausente mientras miraba por el ventanal.

- Mis padres, siempre me dijeron que cuando encontrara a el indicado, daria igual del reino que fuese o su condicion, por lo tanto no desonraré a mi familia - dije mas para mi misma que para él pero de todos modos me olló suspiré no queria seguir hablando de este tema.

"con el no necesito nada más, soy feliz" " y eso es bastante para mí" pensé, le queria muchisimo, y sabia que el habia cambiado por mí, nada nos impidiria estar juntos.

"Testaruda como una mula." ¿Cómo, de qué forma podia hacerla cambiar de parecer? Se separó y alejó de mí, dirigiendose hacia la ventana. La miré. Atento a sus palabras. "Asi que esta tomada ¿eh?" Mi rostro adopto una expresion terroriica, si alguien hubiera visto a santanas y viviera para contarlo lo hubiera asemejado a él, para suerte de ambos ella al mirar al ventanal no lo vio. Suspiré.
- Espero sepais lo que haceís, yo os he advertido.- Dije con tono tranquilo, demasiado dirian algunos.- Si cambiais de parecer, sabeis que contareís siempre con mi apoyo y consejo.- Mientras decia esto, en mi mente resonaba realmente lo que pensaba y haria.
"Lo pagareís caro, tu, él y todos los que acepten esta traicion."

di un leve suspiro mientras continuaba mirando por la ventana, pensando, en todo, miré el anillo que adornaba mi mano y sonreí para mi misma le escuché y giré mi rostro hacia él.
asentí cuando dijo que siempre contaria con su apoyo, despues me dirijí al armario que estaba justo al lado de la venta y tube que darle la espalda de nuevo me alcé un poco sobre las puntas de mis pies para tomar lo que estaba buscando, despues volví a mi posicion y cojí la muñequera y me la puse en la mano izquierda.

Vi que no tenia nada mas que decir. Mi enfado era como un volcan que en cualquier momento, por cualquier nimiedad estallaría.
Con un sobreesfuerzo me relaje y calmé lo suficiente para que mi tono de voz siguiera en su infinita mentira.
- Tal vez debiera volver a palacio, dejé mucho por hacer en mi ausencia. Con vuestro permiso me marcharé.- La miré con aquella amabilidad en mi voz.- Os deseo suerte y felicidad señorita Di Benedetto.

le miré tal vez lo mejor fuera que se marchase y así dejaria de darle vueltas al tema, asentí con lentitud ante su propuesta y le acompañé hasta el recibidor donde habia un par de personas de lunae que esperaban para que las atendiera las cuales hicieron una pequeña reverencia ante la presencia del consejero allí.
- Gracias, espero verle pronto - respondí con una pequeña reverencia.