Sastreria de Katherine

- Desgraciadamente, Carol, tengo que darle la razón.
Entré en su compañía a la sastrería que estaba tal y como la recordaba. Miré a un lado y a otro, pero no encontraba a Kath. Supuse que estaría dentro.
- Katherine? - Llamé en voz alta.

-Buenoo... Mientras no consigan hacer daño con sus habladurias no es problema. Mire dentro de la sastreria y no ví a Kath. La llamé suponiendo que estaría dentro-.¡Kath!-exclamé alegre.

estaba en el taller cuandó oí la puerta terminando de coser una pequeña cosa cuando me pinché con la aguja - ¡Au! - grité la verdad es que me habia echo daño, escuché voces que me llamaban.- Estoy en el taller- exclame para que se acercaran

La exclamación me preocupó un poco e intercambié una mirada con Carol. Me adentré mas en la sastrería, tocando con los nudillos en la puerta antes de entrar en el taller.
- Kath, estás bien?

Miré a Vita preocupada por la exclamación de dolor que se escuchó en el taller.
Me acerqué junto a Vita a la puerta.
-Kath-exclamé-¿Te encuentras bien?.le pregunté mientras esperabamos a que respondiera.

bufé enfadada y las escuché detras de la puerta
- Si, si pasar esque me he pinchado con la aguja- dije mientras me metia el dedo en la boca para chupar la sangre, reconocí que la situación era un poco tonta pero ¿ quien no se ha pinchado alguna vez?

Abrí la puerta y entré en el taller seguida de Vita.
Me acerqué hasta la mesa donde estaba sentada.
-Vamos... Tanto no te ha podido doler... Con todo lo que coses, tienes que tener callo...-le dije riendo a modo de broma.

Me interné mas en el taller de la sastrería un poco aliviada por que sólo hubiera sido un pinchazo. Secundé las risas de Carol con su pequeña broma.
- Y luego quién protesta es Scipio. - Dije también en broma. Pasé la mirada por los diseños que estaban expuestos por el taller. Como siempre, Kath hacía los mejores vestidos de la ciudad, aplicándose al máximo.

reí - si pero en el meñique no tenia - dije bromeando meintras dejaba mi labor a un lado y las invitaba a pasar coloqué un par de cosas y las miré.

Siento el desorden con el baile se me queda todo esto echo una pena - me disculpe algo avergonzada.

-Bueno, ya te lo has hecho... Mira el lado positivo...- le dije entre risas-.No te preocupes.Precisamente venimos a traerte más trabajo. No `puede ser no te has sonrojado...-le digo observandola atentamente siguiendo con la broma.

Me reí por las bromas entre Carol y Kath, se notaba que tenían cierta complicidad amistosa.
- Si, justo venía de camino hacia aqui para encargarte el vestido del baile de máscaras. Si no tienes mas trabajo claro...- Dije mirando alrededor mirando los otros diseños a medio preparar.

-Y yo vengo a por lo mismo... Bueno y ha hacerte una viista, que ultimamente andas desaparecida...-le recrimino entre risas...-Aunqueya veo que tienes mucho trabajo, le digo mirando el atestado taller.

(Evan y Kath) [Error]

Al fin llegamos a la sastreria, dejé que abriera. Pasé tras ella, cerrando la puerta tras de mi.
La miré moverse de aqui para alla ordenando el lugar para cuando tuviera que abrir a la clientela.
"Solis" Pensé con un tono de desprecio a aquel lugar. ¿Por qué debia ser Solis allí donde ella trabajaba? Siempre habia odidado a este reino y a sus habitantes, siempre sin razon ninguna los odiaba, un odio visceral no tan fuerte como el que senti por Dante pero igual de firme. "Por mi podrian desaparecer o ... ejecutarlos por el simple hecho de ser lo que son" Nos miramos y me indico que la siguiera al interior, donde se encontraba el taller.

Allí me sente en una de las sillas y la observé trabajar. Su habilidad a la hora de modelar las telas era prodigiosa.
- Nunca dejareís de sorprenderme, mi pequeña.- Comenté con una sonrisa y tono amable. Odiaba ese tono usado siempre para ocultar mi verdadero ser. Solo con él podia ser asi, solo con ellas.

pasé despues de abrir la puerta de mi querida sastreria, comencé a ordenar un poco aunque ultimamente no tenia mucho jaleo, despues de guardar papeles, y todo lo necesario para mi trabajo, le indiqué que me siguiera y pasamos al taller donde me senté en una silla cerca dela venatan y tomé uno de los vestidos que aún tenia que terminar comencé a coser con soltura, despues de habaer aprendido y haber estado mucho tiempo haciendolo lo hacia con rapided.

Sonreí mientras le miraba ymis manos continuaban trabajando. -Las sorpresas son buenas de vez en cuando ¿no?-respondí mientras volvia a la telaque tenia entre las manos.

Asenti.
- Es cierto, aunque cada dia esta plagado de ellas.- Dije mirandola, me gustaba mirarla, eso tambien era cierto.- La vida de principio a fin es una serie de constantes sorpresas, pues si hay alguien capaz de saber que ocurrira en un futuro incierto y lejano, guarda muy bien el secreto.

La seguí mirando admirando la maestria con la aguja. Clavando mis ojos en ella, en su rostro, las curvas marcadas por el vestido y el estar sentada. Aún la deseaba, la quería para mí, unicamente para mí.
Me pusé en pie y me acerqué con mi paso lento y pausado hasta la ventana. Fingiendo mirar por esta, posé mi mano sobre su hombro y me incliné.
- Querida, aún estaís a tiempo de aceptar mi propuesta, soy uno de los hombres mas poderosos del reino.- Dije con mi voz sosegada, aquella que usaba para lograr convencer a quien deseaba someter.- ¿Qué me deciis?

asentí al escuchar su comentario y segui bordando con maestria aquella tela de tono burdeos, corté el hilo y enebré de nuevo puesto que se me habia acabado guardé las tijeras y observé como se levantaba hacia la ventana y posaba la mano somre mi hombro escuché de nuevo la propuesta que otras veces me fue echa. y que rechacé, sin embargo ahora tenia un motivo mas para rechazarlame llevé la mirada hacia el anillo que adornaba mi mano izquierda el cual me habia regalado mi querido prometido.

-Siento deciros que debo declinar vuestra propuesta...- respondí mientras le miraba recordé a mi prometido lo que hizo que sonriera inconscientemente. Deje mis manos sobre mi regazola izquierda encima de la derecha mientras le miraba.

¿Declinar mi oferta? Esas habian sido sus palabras. Como muchas de otras tantas veces que le habia recordado la propuesta nuevamente ella me rechazaba.

Sutilmente pude ver la sonrisa de su rostro.
- ¿Os divierte el recharzame?- Pregunté con algo de enojo. Lo que mas odiaba era que se burlaran de mi. Suspiré y con pesar volvi a preguntar.- ¿Existe alguna razon para que no querraís aceptar?

le miré y borre la sonrisa de mi cara.
-No me divierte solo recordaba algo- le mire sin decir nada parecia enojado y eso era decir poco ¿alguna razon? en realidad habia varias.- No me importa que seais uno de los hombres mas importantes de venecia yo solo quiero alguien al que ame y que me haga feliz..-dije mirandole con mis ojos castaños. -...y ese alguien ya lo he encontrado- dije en un tono mas bajo mientras me tocaba el anillo inconscientemente.

Parecio adevertir mi cambio de humor, por lo que sin pensarlo siquiera dibujé como otras tantas veces la mascara de inexpresion en mi rostro.
- ¿Dudaís pues de que sea capaz de haceros feliz?- Pregunté.- Seriais tratada como a parte de la realeza y tendriais a un hombre que os adora.- ¿Qué más podía desear aquella chiquilla egoista y caprichosa? Pues eso es lo que era. ¿Ya lo habia encontrado? La miré perplejo, al percatarme de la alianza que adornaba su dedo.- Comprendo, es decir pues, ¿que he de rendirme?- ¿Que resignacion? No era de extrañar habia pasado mucho tiempo tras mi ultima insistencia.

Retiré la mano de su hombro y me giré hacia la ventana con las manos enlazadas tras la espalda.
- Si no es indiscreccion, ¿puedo saber quien es el Lunae que os ha robado el corazon?

-no dudo que podria, pero yo no lo siento así -respondí mirandole de
nuevo. al escuchar su pregunta,asentí sin decir mas por el momento volvi a mi trabajo unos instantes senti como su mano ya no estaba posada en mi hombro y escuché como me preguntaba sobre mi futuro esposo.

Le obsevé y dije calmada mente aquella bomba de relogeria que iba a soltar.
-Querrá decir el Solis que lo ha echo - dije de forma pausada.

Permanecí mirando a la ventana, observando el vuelo de las aves libres en el cielo, el trinar de las golondrinas. Un suspiro resono en cada rinco de mi mente. Se puede decir que mi vida esta oarientada por y para el odio. Todo me resultaba odioso empezando por la traicion de Dante y los Solis...
"Solis, repugnantes, ratas, son una plaga" Pensé parecia que decia algo. Oh! Dios cuanto desearia que fueran exterminados.

"¿El solis que lo ha hehco?" Era imposible, me giré bruscamente.
- ¡¿Acaso habeís enloquecido?!- Bramé con el mismo impetu y furia de una tempestad en mitad del ocenano.- ¡No podeís hablar en serio!- Un matrimonio acordado entre un Solis y una Lunae, ¿cuándo el mundo se habia vuelto loco?- Es imposible que hallaís preferido a un...- Olvidé guardar las formas.- ¡a un asqueroso Solis!- No creia posible que me hubiera reemplazado por una de esas malditas ratas, un buitre carroñero hubiera sido mejor opcion que esa.

observé como gritaba, como desquiciado, dejéla tela que estaba cosiendo, no permitira que hablara así sobre mi futuro esposo, al cual queria con tremenda locura.
- Hablo totalmente en serio, y no , no enloquecí estoy profundamente enamorada de un noble de solis,y mi querido hermano ha aprobado nuestra unión.-respondí con voz calmada y pausada mientras le observaba.

- Y así es le he preferido, el amor no entiende de reinos ni de distinciones - dije mientras estaba levantaba y paseaba por la habitación buscando algo con lo que entretenerme para no enfadarme, y gritar.

"¿Enamorada? De un Solis. De un noble ademas." Sus palabras me producían asco. ¿Cómo era posible que la niña a la que tanto habia anhelado, aquella que ahora era una deseable mujer, pudiera decir tales palabras? "Me importa bien poco si alguien lo acepta." Yo no lo aceptaria, jamas podria hacerlo. Lo que mas me desquiciaba era ese tono de voz que estaba empleando. "Mantener la calma... ¡Un Solis maldita sea!... Necestio mantener la calma..."

La vi levantarse y buscar algo. Esa calma y tranquilidad me molestanban cada vez mas. Avancé con pasos firmes y ferreos, silenciosos. La abracé, cruzando los brazos sobre su pecho aferrando sus brazos con una sujeccion fuerte.
- No son de fiar, Katherine. Los solis, son despreciables ratas traicioneras.- Dije emplenado un tono de voz tranquilizador -inquietante-, suave -amenazador- y convincente.- Os hara daño, mas del que podreis soportar. Abandonad la idea, estais a tiempo. Cualquier Lunae podría daros lo que buscais.- Segui hablando haciendo con la sujeccion nos pegasemos aun más.- No confieís en un Solis, y mucho menos en un noble, esos son los peores, criaturas sin corazon que fingen tener sentimientos de amor y amistad.

La giré clavando, como puñales, mis ojos en los suyos, acercandome aun más a su rostro sintiendo el chocar de nuestras respiraciones.
- Os hara daño mi dulce niña, estar con un Solis os hara sufrir. Y como si fueseis de mi sangre no os deseo el minimo dolor, vuestra sonrisa no se puede perder.