Cocinas

-Preparando la sorpresa- [Daphne/Jace]

Habia ya redactado tanto la notificacion para ambos reinos como las invitaciones, ahora solo quedaba enviarlas a los asistentes. Me preguntaba si debia o no comentarle mis planes a Daphne. "Sera mejor que no."

Hice llamar a Adalbert, el siempre se habia encargado de los documentos y correspondencias tanto de las que recibia la familia como de las que se enviaban, ahora ya era demasiado anciano como para repartir y entregar cartas, por lo que sus hijos le habian relevado de esa funcion pero él seguia insistiendo en hacerse cargo de al menos hacerme llegar las cartas o dar las ordenes a sus hijos y claro estaba yo no me negaba a ello siempre y cuando no afectase a su salud.
Le entregue cada los dos documentos asi como los dos tacos de sobres con las respectivas invitaciones en su interior.
- Ya sabes que hacer, viejo amigo.- Dije con una sonrisa pero de forma seria, el asintio y salio por la puerta.


Todos en la casa sabian que estaba sucederia en breve en la casa y muchos se impacientaban. Me levante del escritorio y camine en circulos por el despacho, me pare en seco mis vagos pensamientos habian entrado en la puerta cerrada de mi subconscienca rescatando asi mi mayor pesadilla.
"Sera mejor ir a verla." Me dije al tiempo que salia precipitadamente del despacho.


Vagué por los pasillos bajando las escaleras. "¿Donde debo buscarla?" Sabia que no estaria en su habitacion. Hacia tiempo que las mujeres de la masion se las ingeniaban para no dejarla ni un momento a solas. "¿La biblioteca?" Fui hasta allí. No alli de seguro no estaba.
Fui pensando diferentes lugares de la casa donde ella pudiera estar.
Al final solo me quedo preguntar a alguien sobre su paradero.
- ¡Alma!- Grité aliviado, si buscabas algo en aquella casa, ella de seguro sabria donde encontrarlo. Fuera lo que fuera. Corri hasta ella, ganandome una regañina por mis modales.- Vamos eso ahora no tiene importancia.- Refunfuñó y no puede evitar sonreir divertido. Parecio darme como caso perdido nuevamente y tuve que contener mis ganas de reir.- Ando buscando a mi hermana, ¿sabes donde está?

Se quedo en silencio un buen rato.
- Vaya a las cocinas. Ambrosia fue la ultima que vi que la llevaba arrastras.- Dijo con una sonrisa, me reverencio y fui yo en esa ocasion quien resoplo y ella la que se marcho riendo con su boca desdentada y su gran papada moviendose como si de gelatina se tratase.


Las cocinas. ¿Cómo no? El lugar menos insospechado para mi donde encontrarla. Corri por los pasillos hasta introducirme por alguno de los pasadizos que daban a los pasillos del servicio, ese precisamente iba directo a las cocinas.


Entré por las dobles puertas que se curvaban a ambos lados. Un calor sofocante me recibio al entrar y el olor a leña quemada y comida y el sonido de sartenes, ollas y cucharas asi como los gritos de los chefs a los pinches me confundieron los sentidos. Tardé un poco en ubicarme nuevamente.

Me desplace pegado a la pared para no interferir la circulacion de los que alli se movian.

Y al fin mis ojos la visualizaron. Me acerqué a ella, con el alboroto caotico que habia en la cocina estaba claro que no me oiria. La agarré de la cintura sintiendo como se sobresaltaba en un brinco y me acerque a su oido.
- Buenos dias, ya veo que aqui te secuestran en cada momento.- Dije riendome.

ultimamente estaba algo harta de tanta clase, solo queria estar sola y pensar pasear por los amplios jardines detenerme a leer un poco, pero no habia manera alguna de que en esta casa me dejaran en paz, no se acostumbraban a mi estraña forma de ser, sabia que era algo huraña, y contestaba todo lo amablemente que podia, intentaba no ser un caso perdido para ellas, bastante tenia con vestirme como era debido y peinarme como tal, sin dejarle un poco de movimiento a mis queridos cabellos rojitos, ni tan siquiera ponerme esos vestidos que para moí eran algo pomposos, era de gustos mas sencillos pero todo esto me lo guardaba para mí.

Hacia dias todos actuaban algo raro en torno amí pero no le di mayor importancia simplemente me dejaba arratras cada dos por tres por mis cuidadoras las cuales decian innumerables veces al dia que en ocasiones llegaba a ser peor que el señoritos de la casa lo cual siempre me producia una sonrisa abierta, habia conseguido escabullirme unos minutos en el porche, pero al parecer era dificl escapar me habian pillado enseguida con un facil enojo por parte de Marie, la cual me llevó a la sala de musica, y me hizo practicar de nuevo con el piano, la musica era lo poco que me gustaba de alli asique lo intentaba con todas mis fuerzas.

Pero la lección duro poco apareció ambrosia la cual casi me llevo arrastras a la cocina, era un desastre en ello ademas siempre acababa sudorosa y eso no me gustaba, me dijo que cortara algunas verdurqas y asi pues me dispuse a cortar la cebolla, pero nada mas empezar a pelarla comenzaron a salir de mis ojos lagrimas, una de las cosas que menos me gustaban era llorar pero ahi estaba yo llorando como una magdalena solo por una simple cebolla.
los cabellos me caian desordenados pro la frente y frustada deje a un lado la cebolla ya que estaba empezando a enfardar a aquellos que la esperaban lavé mis manos y como de costumbre me limité a mirar en silencio

Apoyé mis codos en la mesa pero los tube que retirar inmediatamente al oir el " Ese gesto es de mala educación " de ambrosia y solo apoyé mis manos sentí derrepentew unas manos a mi cintura y del susto que esto me provocó pegué un salto, pero escuché la voz de mi hermano en mi oido y el grito no llego a salir de mi garganta reí por su comentario y contesté en voz baja.
- más bien me arrastran - respondi con sorna.

se volvieron hacia nosotros y me encogí de hombros volvi a apoyarme sobre los codos pero recibí otra mirada de reproche y suspiré cansada despues observe como todos volvian a sus quehaceres y pensé que el olor de la cocina se me iba a quedar grabado en la memoria por los siglos de los siglos, ya que era un olor penetrante y fuerte.
Despues volvi a observar a jace que me miraba con una cara traviesa ¿ que estaria pasando ahora mismo por esa cabecita? pornto lo averigué ya que de imprevisto me cojió en brazos haciendo que patalerara y dijeras unas varias veces "jace bájame " haciendo que se ganara los reproches por parte de las cuidadoras que pensaban que ambos eramos un caso perdido y sin remedio.

Me sentó en una mesa vacia y me acomodé mientras le miraba de forma seria, como siempre estaba pero al final no pude evitarlo y termine riendo aunque nos miraran con caras de estar locos.

¿ tu te crees que está bien secuestrar a una señorita ? dije con tono divertido despues le mira sonriente la verdad esque me estaba divirtiendo.

La agarre fuertemente mientras pataleaba riendome sin parar tanto de ella, como de mi y hasta incluso de quienes nos miraban.


Se acomodo en la superficie rigida de la mesa.

Me miró de forma seria y yo le devolvi la mirada de no haber roto un plato en mi vida. Haciendo que aquel rostro huraño en algunas ocasiones se volviera risueño. Su risa me tranquilizaba siempre.
- Tienes razon- Dije tranquilamente.- no esta bien, - Agaché la cabeza arrepentido y un tono de voz entristecido.- pero...- Alcé mi cabeza de nuevo mostrando una expresion divertida en mi rostro.- ¿alguna vez me has visto a mí hacer algo bien?

sonreí al escucharle, esque no se daba cuenta que habia multitud de cosas que hacia bien, luego decia de mi que no me tenia en consideración de mi misma suspiré de forma divertida aunque pesada y le miré con fijeza aunque con un brillo de dulzura en mis ojos para él siempre lo habia.
- Si señorito si te he visto, de no haber sido asi yo no estaria aqui ahora mismo - dije observandole con una sonrisa para restarle importancia llevaba ya unas semanas alli y aunque no paraban de darme clases y educarme no me iria por nada del mundo.

Revolví su pelo rubio más de lo ya estaba, despues moví las piernas las cuales colgaban de la mesa cual niña pequeña distrayendome.
rodeé los ojos mientras pensaba y despues de un rato clavé mi mirada en él.
- ¿ sabes si hay algun evento pronto? ultimamente creo que todo el mundo esta muy afanosos- pregunté con inocencia al decirlo algunas de las personas de la cocina se volvieron hacia ami y despues sisimularon haciendo gestos a mi hermano de forma que pensaban que yo no les veia pero no era asi no solia ser una persona muy cotilla pero si era curiosa y más cuando las cosas me intrigaban calle durante unos instantes.

Despues deje caer mi pelo desaciendome el moño de forma que refunfuñaron algunas de mis cuidadoras yo solo sonrei con inocencia asi como lo habia eho antes mi hermno y coloqué mi pelo sobre mis hombros mientras esperaba una respuesta callada.

le observé y contesté a su pregunta.
- Porque soy una chica lista que sabe lo que te conviene Jace - respondí con una sonrisa despues tomé el vaso que me ofrecia y bebí un poco de este haciendo pasar el liquido ambarino por mi garganta y luego limpiandome con mi pañuelo para no dejar que la gota que antes colgaba de mi labio callera sobre el vestido.

Observé su contestacion no muy convencida me encogí de hombros y le miré.
-Seran cosas mias supongo - respondi con un deje para restarle importancia me dio la impresion de que ahora todos estaban más relajados pero decidí no hablar mas aunque estaba claro que por alli tramaban algo.

-Por cierto, estaba pensando en ir a por un vestido nuevo, ya es casi verano y me preguntaba si querrias venir conmigo a por él segun me han dicho hay una sastre muy buena en la ciudad- dije cambiando de tema no queria que se sitiera mas incomodo de lo que ya estaba dejé la copa la cual estaba medio llena aún pero no era persona de beber vino.

Me bajé de la mesa con agilidad y me sente en una de las sillas no sin antes alissarme el vestido que vestia hoy, despues tomé una manzana verde de un recipiente el cual se hayaba cerca y mordí esta.

Volvi a coger la copa y bebi de nuevo, me sentia incomodo pero intentaba disimularlo lo mejor que sabia y podia.
Suspiré aliviado, pero sabia que ella seguia dudando, que su curiosidad no disminuiría, aunque estaba claro que no volveria a sacar de nuevo el tema a la luz.


Ella se bajo de la mesa y se sento en la silla mas cencarna mientras yo, me dejaba apoyar en la mesa. Me quede mirando a todos cuantos habia en la en la cocina, suspiré apenado, sabia que la idea les habia atraido y encantado desde un primer momento pero seguia pensando que era demasiado trabajo el que les venia encima.

Escuché la voz de Daphne y la miré a ella.
- ¿Un vestido nuevo?- Sonreí felizmente, era precisamente uno de los grandes dilemas y centro de discusion entre las cuidadoras y yo, furtivamente miré a las mas cercanas, estaban complacidas.- Por supuesto, estaré encantado.- Dije al tiempo que vaciaba la copa y me erguia tendiendole la mano e inclinandome un poco.

asenti y tomé su mano antes de irnos las cuidadoras las cuales parecian complacidas de mi eleccion me arreglaron el pelo y con un paño me quité el sudor producido de las cocinas.
Trajeron un pequeño bolso de mano el cual traia un abanico ya que hacia calor fuera y el dinero suficiente les di las gracias.

luego tomé la mano de mi hermano y salimos hacia la piazza.